No me florees, Principal

Estallido de Bellido en Cusco

Publicado: 04/10/2021
2 minutos

El titular de la PCM vuelve azuzar contra los medios. Sus ataques a la prensa y al Congreso cada vez son más frecuentes. El jefe de gabinete insiste en el choque y la confrontación como forma de hacer política.

El premier Guido Bellido volvió a atacar a la prensa durante su participación en la Mesa de Desarrollo en Cusco. Aprovechó el baño de masas que recibió en la universidad de Quillabamba para azuzar a sus seguidores en contra de los medios de comunicación.

Distinto idioma, mismo mensaje

Hemos traducido el momento en que el titular de la PCM desprecia a los medios de comunicación en quechua.

Como se puede ver en las imágenes, un efusivo Bellido clama contra la prensa por intentar, según dijo, dividir al gabinete y enfrentarlo al presidente Pedro Castillo. También acusa a los medios de no informar la verdad y de venderse al que más dinero les ofrece.

Pocos argumentos, muchas amenazas

No es la primera vez que Bellido ataca a los medios y se muestra bravucón frente a las masas. Un día después de su discurso en Quillabamba, lo vimos junto al presidente Castillo en el lanzamiento de la segunda reforma agraria, amenazando nuevamente al Congreso.  

Fuente: TV Perú

En esta ocasión, el premier amenazó con forzar el cierre del Congreso si es que no se aprueba la ley de la «segunda reforma agraria».

Parece ser que Bellido, lejos de querer dialogar o conciliar posturas, busca siempre la confrontación, la amenaza, el choque. Es precisamente esta forma de gobernar lo que está causando tanta inestabilidad y daño al país; sin embargo, él prefiere culpar a la prensa de los problemas que hoy vivimos. 

¿Es culpa de la prensa exigir transparencia? ¿Es culpa de la prensa preguntar sobre la agenda del presidente? ¿Es culpa de la prensa que Castillo no brinde entrevistas?

Fuenete: EFE

El discurso de Bellido no nos dice nada nuevo. El silencio de Castillo tampoco. Esta es la estrategia de confrontación que cada día nos empuja más cerca al abismo político. A la guerra abierta entre poderes de Estado. A la inevitable censura del gabinete y la irremediable cuestión de confianza. Y de eso la prensa no tiene la culpa.