Siempre hemos escuchado que los peruanos somos emprendedores y tenemos una gran habilidad para «recursearnos». Y en verdad lo somos. En Perú existen casi 2.3 millones de micro y pequeños empresarios. Pero ¿nos hemos puesto a pensar porque esta habilidad es tan importante no solo para uno mismo sino para el país?
Tú, emprendedor, generas riqueza, trabajo. Traes comida y seguridad a tu casa. Haces que tu familia se sienta bien, tranquila. Le das la oportunidad a mucha gente de ganar contigo. Y esa ganancia se convierte en ahorro, en calidad de vida, en educación, en salud, en amor en el hogar. Así de fuerte.
Ahora. Para que eso ocurra, sería lindo que todo fluya sin necesidad de reglas o leyes. Pero no. Se necesita un estado que ponga algunas reglas de juego. Repito, algunas. Pocas. Y lo que ocurre es que a veces no las pone o pone reglas que no ayudan.
¿Qué podría hacer el estado para ayudarte a sacar adelante tu empresa o tu negocio formal? Lo ponemos en sencillo.
- Que el Ministerio de Economía y Finanzas y SUNAT te ayuden a impulsar tu negocio y te facilite el pago de impuestos de acuerdo con tu crecimiento.
- Que los documentos que necesitas no sean una traba para comenzar tu negocio.
- Que las supervisiones y licencias que pide el estado sean razonables y que no te pidan coimas o te obstruyan.
- Que el sistema financiero (los bancos, las cajas, las cooperativas) te vea como un aliado, como un valor, que sepan que si tú ganas, ellos también van a ganar.
La razón por la cual hay mucha informalidad es porque nadie quiere una SUNAT que te persigue, nadie quiere pasarse la vida sacando permisos y licencias que no sirven para nada, y muchos menos necesitamos supervisores y fiscalizadores que nos vengan a chantajear.
Si los funcionarios que representan al estado, entendieran la importancia de nuestros emprendimientos las cosas serían distintas. Cuando una persona comienza un negocio está generando muchas cosas buenas alrededor. Por ejemplo: imagínate que un amigo tuyo decide poner un restaurante. Mira todo lo que mueve:
- Proveedores para acondicionar su local
- Proveedores para los insumos e ingredientes que va a usar.
- Trabajadores en su equipo.
- Impuestos
- Pagos de alquiler y otros servicios.
- Servicios tecnológicos seguramente.
Además, si el empresario llega a ser formal, sus trabajadores ganarían más, porque les tendría que pagar no solo su sueldo, sino también beneficios sociales, un seguro quizás, y una CTS que servirá como ahorro y jubilación.
El emprendedor innova. El emprendedor motiva a otros a ser emprendedores. El emprendedor genera competencia y por lo tanto menores precios. Lo ven. Sea cual sea el tamaño del negocio, es una empresa que está generando mucho valor para el país. De aquí la importancia de que el estado sea aliado de los emprendedores y no sólo recaudadores de impuestos o controladores. ¿Qué opinas? ¿Cómo hacemos que el estado cambie su forma de pensar y nos ayude? ¿Cómo logramos que cada funcionario público promueva a los emprendedores en vez de convertirse en una traba o un obstáculo?
[Foto de portada de Andina]