Frente a la crisis económica y la pandemia, ¿quiénes han estado más protegidos? El sueldo de un funcionario del Estado es un 20% más que en el sector privado formal, en promedio, según la Asociación de Contribuyentes. Los informales como siempre son los que más padecen, sin estar protegidos por nadie: no hay regulación laboral ni bonos ni nada. el Estado no existe para ellos.

Así, cabe presguntarse: ¿Es justo que quienes pagan la cuenta en el sector privado sean los que asumen todo el riesgo? En medio de esta crisis, se suman las protestas para desaparecer el Régimen Especial Agrario, lo que sólo agrava la situación. Y será así porque exigir a través de la ley mayores sueldos en la formalidad sólo sube la valla para que a los informales no los contrate nadie.
Los salarios sólo mejoran cuando sube la productividad laboral, que crece cuando las empresas tienen más capital; el capital sube cuando se incentiva a los privados a invertir más en su gente o en sus empresas. Es un círculo virtuoso. Flexibilizar la contratación facilita la creación de empleos formales, lo que hace que estén protegidos por Sunafil y por un contrato. Poner barreras sólo los excluye.
El Estado nunca pierde: las planillas y contrataciones no se tocan
¿En qué se van los impuestos? Mientras que en el sector privado se gana menos y uno se arriesga a perder su chamba, en el sector público siguen cobrando su cheque. Los gastos en planillas y contrataciones del Estado no se han tocado, según la Asociación de Contribuyentes. Los distintos pagos de bonos y subsidios al trabajo han salido de invertir menos en infraestructura.
Esto significa que este 2020 es un año perdido para la labor del Estado en brindar servicios públicos de calidad (carreteras, agua potable, etc.). A noviembre, el Estado invirtió en infraestructura 20% menos que el año pasado, a pesar que gastó 9% más. La deuda que el país está multiplicando no es para construir hospitales o carreteras, sino para pagar millones en bonos que a muchos no llegaron y no crean puestos de trabajo.
Nosotros somos los contribuyentes, los que pagamos esa cuenta y pagaremos esa deuda. Y todo indica que el 2020 habrá sido un año muy malo para nosotros.