El candidato Pedro Castillo ha declarado en más de una ocasión que de llegar a Palacio de Gobierno, prohibiría las importaciones de los bienes que el Perú produce. Antes hemos explicado el efecto peligroso que tiene la subida del valor del dólar en los precios de muchas mercancías. Pero en este caso. ¿Cómo nos afectaría prohibir las importaciones?
El año pasado, el Perú importó miles de bienes distintos, por un monto de 36,113 millones de dólares. En los últimos 5 años, las importaciones han representado la cuarta parte (23%) de la economía peruana. Estas pueden ser bienes destinados al consumidor final (alimentos, autos, electrodomésticos), pero también ser bienes que se importan como insumos de producción (materiales de construcción, fertilizantes, etc.).
Si bien es cierto que las importaciones pueden verse como «dinero que se va afuera», también son vitales para la salud de una economía. Cuando importamos, nos beneficiamos de las ventajas comparativas que tienen otros países. Es decir: si otro país produce con mejor calidad y menor precio, al importar, el consumidor peruano se beneficia de mejores y más baratos productos.
Por ello, defender la libertad de importar es esencialmente defender la libre competencia, impidiendo que se formen monopolios y oligopolios nacionales que utilizan estas barreras para mantener «cautivo» al consumidor con precios altos y baja calidad. Por eso, defender la libertad de importar también es defender el derecho del consumidor a recibir los mejores productos disponibles a nivel global.
Ahora, la propuesta del candidato Pedro Castillo plantea una prohibición a la importación de «cualquier bien que se produzca en el Perú». Sin embargo, planteada esta medida, bastaría con que alguien decida iniciar la producción de algún bien importado para obtener su monopolio. En la práctica, esta idea generaría mercantilismo y privilegios a empresarios nacionales a costa del consumidor. Todo lo contrario a lo que se pretende.
En el plan de gobierno de Perú Libre se señala lo siguiente: «Los TLC son los que han liquidado la empresa nacional, aplicando dumping, es decir, vendiendo un objeto por debajo del costo de producción, con la finalidad de liquidar a las empresas nacionales que compiten en el mercado y lograr la exclusividad.» Sin embargo, esto no es verdad.
Es cierto que en algunos sectores, como por ejemplo la manufactura de textiles, puede existir lo que se conoce como competencia desleal (dumping, en inglés). Por ejemplo, la importación de prendas chinas a precios muy bajos. Sin embargo, el plan de gobierno de Perú Libre ignora que el Indecopi ya tiene las facultades para regular estos abusos, e interviene para evitarlo. Prohibir todas las importaciones por abusos puntuales, no tiene sentido.
Así también, las importaciones de otros países son hoy en día la condición necesaria para poder exportar. En el periodo 2001-2019, el empleo de peruanos dedicados a las exportaciones creció 6.1% cada año en promedio, y en el 2020 alcanzó los 3 millones de empleos, según la ADEX. De prohibir las importaciones, los países no nos permitirían venderles y quedarían sin empleo millones de peruanos.
Finalmente, los resultados hablan por sí solos. Los países con economías más abiertas son 5.6 veces más ricos que los más cerrados, de acuerdo al índice de apertura comercial calculado por la Fundación Heritage. La apertura comercial de cada país la calcula en base a la cantidad de barreras que este impone a los productos extranjeros, ya sean a través de aranceles o permisos (por ejemplo, sanitarios).

¿Qué importamos?
Dejamos el detalle de la enorme diversidad de importaciones que podrían quedar prohibidas con la medida del candidato de Perú Libre. La tercera parte (31%) son insumos para la industria químico farmacéutica, minera, alimentaria y agropecuaria. La quinta parte (20%) son bienes de capital para la industria.
