No me florees

El verdadero macho alfa

Publicado: 21/07/2020
3 minutos

En la mente de muchos hombres, el “macho-alfa” es alguien fuerte que se hace obedecer metiendo terror a los demás, y que puede hacer lo que le dé la gana. Pero esta es una visión equivocada de lo que significa ser un verdadero macho-alfa. ¿De dónde viene está polémica palabra?

El que creó el concepto fue Frans de Waal, un científico que dedicó su vida al estudio del comportamiento de los chimpancés. Pero como veremos a continuación, la palabra posee un significado mucho más rico de lo que creemos.

En un clan de chimpancés, solamente hay espacio para un macho-alfa a la vez. El que aspira a serlo, tiene que tener alguna cualidad sobresaliente, tal como ser fuerte, atractivo, valiente o tener varios aliados. La fuerza física no basta; es frecuente ver machos robustos que no llegan a ser alfa por no contar con suficientes aliados que los apoyen. Los machos que aspiran a ser alfa suelen hacer “campaña”, compartiendo más su comida y jugueteando más con las crías del grupo (igualito al político).

Así se ganan el favor de los demás para contar con su apoyo al momento de intentar derrocar al macho-alfa en curso. Pero lo difícil no es solamente llegar al poder, sino mantenerse en él, pues es una posición deseada por muchos. Para poder mantenerse en el poder, el macho que se convierte en el alfa del grupo, retribuye a la comunidad asumiendo dos tipos de obligaciones: La primera es mantener la paz, y es así que usan su autoridad para cortar las peleas y proteger a los débiles de los abusos de los fuertes (inclusive si el fuerte es un amigo cercano del alfa). La segunda es consolar a los tristes, como por ejemplo abrazando a un macho joven que acaba de recibir una paliza, o sacándole los piojos a los ancianos frágiles.

Es cierto que cumplen esas tareas para mantener los privilegios que les da su posición. Pero compensan su posición privilegiada con una serie de actos de servicio que mantienen al grupo contento. De esta forma se ganan el respeto de los demás.

El alfa es un macho fuerte e inteligente que no usa su poder para chancar a los demás y quedarse con todo, sino que devuelve mucho al grupo solucionando conflictos, defendiendo a los débiles, y consolando a los tristes.

El dato interesante: Frans de Waal encontró que las heces de los machos-alfa tenían más concentración de la hormona del estrés (cortisol) que las heces de los miembros más frágiles del grupo (quienes suelen estar más expuestos al maltrato, y por tanto, a sentir estrés). Asimismo, los investigadores descubrieron que los machos-alfa dedicaban dos a tres veces más tiempo consolando a los que sufrían que cualquiera de las hembras del clan, incluyendo a la hembra-alfa (la matrona).

Volvamos a los seres humanos. Con la crisis de liderazgo que vivimos, sería un lujo tener a un líder con los rasgos de un chimpancé macho-alfa. A todos aquellos que tienen aspiraciones políticas no les vendría mal pasarse unas vacaciones por la sabana africana para ver si se les pegan algunas cosas buenas de estos increíbles animales.

 

[Foto de portada de Andina]

Psicoterapeuta y coach empresarial, colaborador de diversos medios de comunicación y columnista en diversos blogs especializados en el tema.
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