El último domingo, en una entrevista de Canal N, el premier Guido Bellido declaró que una parte del sector energético debe ser controlado por el Estado, al ser una actividad «estratégica» para la economía. Textualmente, indicó lo siguiente: “El sector energético es importante. Hemos planteado en campaña que sector energético tiene que estar en manos del Gobierno. No absolutamente todo, sino un sector” .
Miren, a estas alturas de la vida, cuando los políticos dicen que como un sector de la economía es “estratégico”, el Estado debe tener más participación en él, es para que al final, esos mismos políticos destruyan a ese sector. Lo hemos visto en Venezuela. El Estado venezolano se apoderó de todo el sector petrolero, y lo terminó arruinando, tan es así que este país tiene que importar petróleo. Nosotros mismos hemos pasado por eso en los años 80, cuando las empresas estatales eran monopolios en sus respectivos sectores.
En esos años, sobre todo en el primer gobierno aprista, la política en el manejo de empresas estatales fue, por decir de una forma educada, errática. Se les implantó objetivos ajenos a sus sectores y tuvieron resultados desastrosamente negativos. Lo más temerario que hizo la administración aprista en las empresas estatales fue la falta de una dirección adecuada y la descapitalización de las mimas, porque los precios de los bienes y servicios que producían tenían atrasos debido a los mecanismos de subsidios creados con la creencia de que así controlarían la inflación.
¿El resultado de esa “innovación”? La creación de un proceso hiperinflacionario y la destrucción de las finanzas públicas que generaron la mayor caída del PBI en todo el Siglo XX (ni siquiera la caída del 2020, debido a la pandemia igualó la debacle del 1989). Pero bueno, no reneguemos. Volvamos a las declaraciones del ministro Bellido. Desde nuestro punto de vista, el ministro no está bien informado para proponer semejante idea. ¿Saben lo que significa el Fonafe? Sus siglas significan Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado. En sencillo, es un holding. ¿Qué significa? Es una empresa dueña de otras empresas. Un holding muy importante en el sector privado es Credicorp, la cual controla a empresas como el Banco de Crédito, MiBanco, AFP Prima, etc.
Básicamente el objetivo de este holding estatal es el de “normar y dirigir la actividad empresarial del Estado, administrar los recursos derivados de la titularidad de las acciones y dirigir el proceso presupuestario y la gestión corporativa”. ¿Cuántas empresas maneja? Son 35 empresas públicas donde el Estado mantiene una participación mayoritaria. ¿Saben en qué sectores están parte de esas 35 empresas? ¡Exacto! En el sector energético. Veamos la tabla N°1.
Son 16 empresas que el Estado tiene en el sector energético. Y como se ve, en varias de ellas, el FONAFE las controla al 100%. Un caso particular es el de la empresa Electroperú S.A., el Fonafe controla solo el 14.29%, ¿eso quiere decir que el porcentaje restante lo tiene el sector privado? No, el otro 85.71% lo posee el Fondo Consolidado de Reservas (FCR). Este fondo tiene como fin asegurar las obligaciones que el Estado posee con sus pensionistas de los regímenes que administra la Oficina de Normalización Previsional. O sea, sigue siendo del Estado, pero para usos especiales.
O sea, el Estado ya posee participación significativa en el sector. Recordemos que a inicios de los 90’s se dio una importante reforma en el sector energético donde las actividades de generación, transmisión y distribución eléctrica fueron separadas. Se eliminó la participación exclusiva del Estado (era un monopolio) y se abrió el sector a la inversión privada nacional o extranjera.
Al quitar esa exclusividad que el Estado tenía en el sector, no quiere decir que esta fue eliminada. El Estado tiene una participación relevante. Para el 2019, según el anuario del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), había un 12% de participación estatal a través de empresas públicas en la actividad de generación, y un 43% de participación estatal en la actividad de distribución. Esto quiere decir que la participación de las empresas estatales según su facturación en el 2019 fue de un 26% en todo el mercado eléctrico (facturación de 1,954.90 millones de dólares anuales).
Dichas cifras reflejan también la competitividad en este mercado. Hoy, que hay competencia y múltiples actores participando, tenemos mejores resultados: el 99.8% de peruanos tiene acceso a la electrificación (mientras que cuando todo era un monopolio estatal sólo tenía un 45%).
Otro aspecto importante es que el Estado cubre al 62% de clientes que tiene el mercado eléctrico. Entonces, ¿qué es lo que buscan Bellido y Perú Libre? ¿Estropear este modelo que ha llevado a evolucionar el mercado? ¿Expulsar o espantar a la inversión privada? Este es un tema relevante que deben aclarar seriamente el premier y el presidente Pedro Castillo.
Recordemos que en la actual Constitución, el Estado tiene un rol subsidiario y debe actuar cuando no haya actividad privada que cubra con las necesidades de los ciudadanos. La actual presencia estatal en el sector eléctrico es un rezago del sistema anterior, y hasta ahora ha funcionado, sin necesidad de que el Estado se endeude estrepitosamente o incremente su participación.
Ante la evidencia, vemos que declaraciones como las del primer ministro no se justifican. Esto ya que la actual oferta es suficiente para la población, hay una competencia saludable, hay un mandato constitucional para que el Estado tenga una participación subsidiaria en el mercado, y en décadas anteriores el sistema intervencionista fue paupérrimo. Habiendo temas más urgentes como el control de la pandemia, la reactivación económica o el regreso a clases, Perú Libre apunta a destinar recursos públicos en sinsentidos.