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El mayor problema de Keiko Fujimori es ella misma

Publicado: 26/04/2021
4 minutos

La candidata de Fuerza Popular necesita mucho más que una narrativa anticomunista y de defensa del modelo si no quiere perder una tercera elección. En principio, sigue sin hacer un mea culpa sincero por lo que hizo su bancada en el último quinquenio.

Keiko Fujimori parece no entender que su mayor rival en esta segunda vuelta no es Pedro Castillo. Es ella misma. De ahí que su estrategia parece estar mal enfocada: en su último spot de campaña, su mensaje fue pedir a los peruanos cerrarle el paso al “comunismo”, en alusión a su rival electoral de Perú Libre que, ciertamente, tiene propuestas que son un peligro para las formas democráticas más elementales en el Perú.

Pero eso no es suficiente. Y así lo reflejan las encuestas, en las que aún no logra acortar la cómoda ventaja que le saca Castillo (10 puntos en Ipsos y casi el doble en IEP). Para empezar, Keiko Fujimori se sigue resistiendo a reconocer los graves errores de su larga trayectoria política, salpicada de actos cuestionables y relaciones oscuras, que hoy la tienen esta situación.

«He cometido varios errores. El primero, no pedir recuento de votos», dijo la candidata de Fuerza Popular en una entrevista en Punto Final el domingo último. Deja entrever que sigue sin superar la derrota electoral del 2016, que la llevó a promover el caos desde el Congreso, que controlaba con una bancada de 73 congresistas y que derivó en la peor crisis política de los últimos lustros. Hoy seguimos padeciendo los estragos de ese accionar destructivo.

“Fuerza Popular cayó en el círculo vicioso de la confrontación”, ha dicho Keiko en otro momento, pero sin un mea culpa que parezca o suene sincero al menos, porque por un lado admite que fue un error la confrontación en que se enfrascó su bancada con el Ejecutivo, pero por otro no asume su responsabilidad política. Alega que no “coordinaba” con su grupo parlamentario en esa época porque estuvo presa varios meses por el caso Odebrecht, cuando para nadie es un secreto que en Fuerza Popular nadie hacía nada sin su venia.  

«En el caso de Keiko, el problema es la mochila que carga, una la del padre y otra la de ella porque a ella se le atribuye parte de la responsabilidad de graves problemas de gobernabilidad en el país».

Fernando Tuesta, politólogo. (Canal N, 26/04/2021)

Keiko tampoco parece recordar ahora que los congresistas de su bancada blindaron y protegieron a funcionarios con graves cuestionamientos, como el hoy destituido fiscal Pedro Chávarry, o el exjuez César Hinostroza, sindicado cabecilla de la banda criminal “Los cuellos blancos del puerto”, que espera en España su extradición al Perú.

En este momento parece ser una mochila incluso más pesada que la del gobierno de su padre, con la que cargó en la primera vuelta en busca de asegurar el voto duro del fujimorismo. Y lo logró, pero no es suficiente para el balotaje. Keiko Fujimori se ganó a pulso la mayor parte del antivoto que hoy tiene (55% según Ipsos). De eso no puede culpar a nadie más.

Por eso, la jefa de Fuerza Popular necesitará mucho más que una narrativa anticomunista y de defensa del modelo si no quiere perder una tercera elección, porque ese es un mensaje para un público que ella ya tiene casi en el bolsillo y que incluso va contra de lo que anunció tras la primera vuelta, en el sentido de que no haría una “campaña de miedo” contra Castillo, porque parece que es eso exactamente lo que hace.

Según expertos, la candidata naranja debe preocuparse primero en que el bolsón de indecisos (más de 30% entre los que no se deciden y los que piensan votar blanco o viciado) le crea. Para ellos en principio deberían ser sus gestos y mensajes, y luego centrarse en recuperar el arraigo regional del fujimorismo en el norte y el oriente del país, donde el respaldo a Castillo no es tan abrumador como en el centro y el sur peruanos.

Keiko Fujimori ha dicho que toma con mucha “seriedad” las encuestas que se han publicado hasta el momento y que recién empieza su campaña de cara a la segunda vuelta. Por lo pronto, ya dijo que su primer ministro no será fujimorista y su defensa del modelo quizá algo le ayude, porque la última encuesta del IEP trae un dato a tener en cuenta: el 58% de la gente señala que se debería mantener el modelo, pero con cambios, mientras que un 33% dice que se debería cambiar totalmente. En la propia izquierda, hay un 52% que sostiene lo mismo (mantener el modelo, pero con cambios), y en la derecha el 63%.

Comunicador social y periodista, con especialización en nuevos medios, gestión de contenidos y desarrollo tecnológico. Me gusta el café, la cerveza y la libertad de poder elegir y emprender.