Hay una canción que dice “Baja, baja, baja hasta que la música pare; baja, baja, baja hasta que las luces se apaguen”. En nuestra relación con el dólar, podríamos modificar la canción a: “Baja, baja, baja hasta un nuevo escándalo político; baja, baja, baja hasta que la Asamblea Constituyente reivindico”. Estos meses hemos visto cómo la incertidumbre política golpea a variables económicas y cuando se hacen cambios positivos para atenuar esa incertidumbre, el ajuste es inmediato.
¿Cuál fue ese cambio? Uno político: el expremier Bellido fue sacado del cargo y se prefirió poner a Mirtha Vásquez, que aunque de izquierda, es una política más experimentada, menos pleitista y más abierta al diálogo. Con ese cambio, se redujo el ruido político y todos quedaron sorprendidos con la caída paulatina del dólar. El 30 de septiembre, el tipo de cambio cerró en S/4.13; este viernes bajó hasta los S/3.93… ¡Una caída del 5%! Mira el desplome en el gráfico N°1:
Pero, ¿esto significa que toda esa caída se debe a la salida de Bellido? No. También están presentes otras variables. La semana pasada, precisamente el 07 de octubre, se tenía la confirmación, oleada y sacramentada, de que el actual presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, había sido ratificado, otra vez, en el cargo.
Pero ahí tampoco queda la cosa. Otra variable importante, que nunca se vio alterada en todos estos meses, y en pandemia el impacto no fue significativo, es la oferta de dólares a través de nuestras exportaciones. Miremos la gráfica N°2 que muestra las cantidades que exportamos entre enero a agosto en el 2020 y 2021. En los primeros ocho meses del 2021, las exportaciones peruanas alcanzaron los US$ 38,809 millones. ¡Un 58% más respecto a agosto 2020! Eso es un montón de dólares más que ingresan a nuestra economía.
¿Pero qué más exportamos? Básicamente, nuestros productos tradicionales, donde predominan piedras, pesss… productos minerales. Estos crecieron, a agosto 2021, en 68% respecto al 2020 y sumaron US$28.7 mil millones. Los no tradicionales también crecieron su 36% respecto al 2021, y sumaron casi US$10 mil millones. Y ojo, sobre todo en los no tradicionales, no es que exportamos más cantidad (tal vez es la misma o menos), lo que sucede es el precio internacional (a veces nos impactan de forma positiva, otras de forma negativa) de algunos productos se han disparado. Una es de ella es el cobre. ¿Cómo va su cotización? Deja de preguntar y mira la gráfica N°3 oe:
El precio del cobre hoy está en 62% por encima a enero 2017. Y es un 39% más alto al promedio de todo el horizonte mostrado en la gráfica. Por eso, el aumento de la cotización del cobre, hace que ingresen más dólares al Perú y, de todas maneras, empuja a que el tipo de cambio se desplome. Tiene que quedar claro, que eso ha pasado en los últimos meses. Nunca dejó de entrar dólares por las exportaciones. Pero dense cuenta el peso de la incertidumbre.
Eso ha ocasionado que nuestra balanza comercial (la resta de nuestras exportaciones e importaciones) aumente también respecto al año 2020. Chequéate la gráfica N°4. A agosto 2021, nuestro superávit comercial es un 31% más grande en el 2021. O sea, no solo era que ya exportábamos más (así ha sido por años), sino que el mayor precio internacional de los minerales hace estar en mejor posición.
Todo eso es genial. Es muy bueno que el tipo de cambio se reduzca, dado que le da un respiro a las personas que tienen deudas en dólares (de consumo, comerciales o hipotecas). Si un pequeño empresario en enero se prestó US$25,000 para importar una maquinaria y se comprometió a pagar, cada quincena de mes a partir de febrero, una cuota de US$2,500, esta caída del dólar le beneficia enormemente. Miremos la tabla N°1:
Con la caída del dólar, este empresario se ahorra S/ 435, dado que necesita menos soles para pagar su cuota. Pero, como vemos, aún sigue elevado. Compara con los soles que tuvo que conseguir para pagar su cuota de febrero. Solo requirió S/8,450. Hoy, para cumplir, requiere S/1,378 más. ¿Es posible reducirlo más? Sí, depende de nuestra clase política. La inversión privada y los empresarios se encargan de traerte más dólares.
Como decimos, la caída del tipo de cambio es beneficiosa. Existe menor percepción de riesgo. Se supone que con ese cambio en el gabinete, nuestros políticos harán política. Hablarán, conversarán, se entenderán. Todos, el Congreso y el gobierno. Sin embargo, desde ambos lados, tienen que ser coherentes.
El Ejecutivo tiene que echarle tierrita a la irracional propuesta de la asamblea constituyente, que sigue flotando en el ambiente ante el silencio presidencial, y retirar a los aún malos ministros que hay en el gabinete (Educación e Interior, entre otros); y los congresistas deben comportarse a la altura también. Nombrar a personas muy cuestionadas como asesores (Karina Beteta, por ejemplo), o el mal uso de los fondos públicos entregados a los partidos políticos, solo les quitará respeto de los ciudadanos.