El camino de los políticos peruanos que llegan a la presidencia parece ser el mismo. Se descubren sus negociados anteriores al cargo o los que cometen durante el uso pleno del poder. Pedro Castillo y sus aliados vendieron el cuento de que venían “a cambiarlo todo”, lo único que ha cambiado son los nombres de los que le roban a los peruanos el fruto de su sudor y esfuerzos transformados en impuestos. De los peruanos que no votaron por él, pero lo que es peor; también les roban a quienes; confiando en él, depositaron sus votos y su fe.
Luego de algunos acercamientos, pudo conseguir el apoyo de César Acuña y casi la totalidad de su bancada. El ex candidato ponía el pecho para defenderlo en televisión nacional con el argumento ya gastado de apelar al romanticismo de la victoria de un abnegado profesor (profesión que ya no ejercía hace más de 7 años), o supuestos ataques racistas hacia Castillo.
Han sido 120 días donde el país ha estado en la oscuridad de las malas decisiones de Castillo y su equipo:
-Aumentar impuestos ahuyentando inversiones y alentando a los emprendedores a permanecer o pasar a la informalidad.
-Filtración de respuestas de la Prueba Única Nacional para el Concurso de Nombramiento Docente 2021.
-7 ministros designados con vinculaciones a MOVADEF-SENDERO LUMINOSO.
-Hijos de Francke trabajando y ganando contratos en el sector público mientras él es cabeza del MEF.
-$20mil dólares encontrados en un baño de Palacio. Dinero que pertenecía a Bruno Pacheco, secretario de Castillo. Persona de confianza y con quién más coordinaba durante estos 4 meses.
-Y el reciente descubrimiento de reuniones clandestinas en la casa de Breña que sirvió de búnker durante su campaña. Estas visitas quedan fuera de registro que se obtiene en Palacio. Estas reuniones fueron con empresarios que luego ganaron licitaciones millonarias. Tráfico de influencias, claro y sin matices.
¿QUE DECISIÓN HA CAUSADO MÁS DAÑO?
Políticas llenas de ideología -que advertimos desde el inicio de la campaña de segunda vuelta- trajeron por consecuencia el cierre unilateral de minas. Estas medidas afectaron las operaciones de Apumayo, Breapampa, Pallancata e Inmaculada, siendo que estas dos últimas son empresas que tenían diseñados ya planes de inversión en nuestro territorio. Esto ha dejado sin ingresos ni sustento para sus hogares a más de 5500 personas que aún no recuperan sus trabajos. A esto debemos sumarle los empleos directos e indirectos perdidos desde que Antamina decidió parar todas sus operaciones. Mirtha Vasquéz se escudó -y posteriormente se retractó- en los “Planes de Cierre” aduciendo que, en consecuencia, los cierres ya estaban programados. Sin embargo, lo que se ha dejado de mencionar es que los planes de cierre son documentos que las mineras presentan de manera obligatoria al iniciar operaciones y que, llegado su tiempo, se renuevan o actualizan. El daño ya estaba echo.
Pedro Castillo ha devaluado la palabra de un maestro. Gracias a la improvisación que ya habíamos advertido se pierden empleos, sueldos e inversiones. El país y su gobierno, se caen a pedazos.