Las elecciones generales 2021 se desarrollan en medio de un panorama no muy alentador. La crisis sanitaria viene con tsunami incluido y ni qué decir de la crisis ética y moral en el sector público.
El destape del ‘vacunagate‘ debe llevarnos a reflexionar aún más sobre nuestra responsabilidad ciudadana: somos nosotros los que entregamos el poder a quienes controlan lo que pasa en el país.
Tanto para el congreso como para la presidencia, ten presente que más allá de izquierdas o derechas, nuestra batalla ciudadana debe ser contra el populismo. Esa práctica manipuladora a la que recurren los candidatos, para ofrecer y hacer lo que consideran “necesario”, aún cuando se saltan las leyes y la constitución. Todo es válido con tal de cumplir con la supuesta voluntad popular, que termina siendo la voluntad de “papá Estado”. Porque son estos, quienes tienen el poder, los que terminan decidiendo lo mejor para ti y para el supuesto beneficio social.
Y muchas de estas promesas, sobre todo cuando vienen de congresistas, ni si quiera las podrían cumplir porque, por ejemplo, ellos no tienen iniciativa para gasto público, es decir, NO PUEDEN ejecutar obras públicas, prestar servicios, hacer donaciones con el dinero público, generar empleo y mucho menos intervenir en decisiones judiciales y administrativas. Su chamba son 3 cosas: representar, legislar y fiscalizar (o sea, ver que otros cumplan la ley pe).
Entonces, estudia los candidatos e identifica quiénes te quieren tener en una relación de dependencia con el Estado, que te ofrece de todo sin decirte cómo lo harán, de donde sacarán la plata, etc. De ti depende a quién le entregas el poder este 11 de abril, así que decide bien, ahora sí ya toca hacerlo bien.