La ministra de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), Betssy Chávez, dijo que los peruanos no tributan “porque sienten que el Estado no les garantiza algo a cambio de esos impuestos”. ¿Es cierto eso? Tiene algo de cierto, pero le falta algo a su diagnóstico. Muchos peruanos se sienten decepcionados porque gran parte de los recursos que aportan los contribuyentes se licúan en corrupción.
Según la Contraloría General de la República (CGR), la corrupción nos cuesta un 15% de los recursos de los presupuestos nacionales todos los años. En términos monetarios, en el 2020, la corrupción, ese comportamiento donde siempre es necesario un funcionario público, le costó a los peruanos unos S/22,000 millones. Si la ministra cree que si los ciudadanos no estamos acostumbras a pagar impuestos, bueno pues, le podemos responder que a los políticos y funcionarios públicos no están acostumbrados a trabajar honradamente porque se coluden con malos empresarios.
Las coimas están enraizadas en todos los estamentos del Estado. Y de eso la gente se da cuenta. Además, que para muchos tampoco es atractivo formalizarse. Aparte que ve que el Estado no funciona porque existen serios problemas de administración y gestión de recursos, los cuales no sabemos invertir. Miren el cuadro N°1. ¿Por qué los ciudadanos que pagan impuestos tienen que mantener un Estado que guarda en el banco más de S/27,400 millones? Y eso solo fue en el 2021.
Hace unos meses el gobierno pidió al Congreso poder hacer una reforma tributaria (que más era una deforma) para poder recaudar S/12,000 millones más. La excusa, aparte de que le picaba el ojo y se le hinchaba el hígado al ministro Francke, era que se necesitaban esos recursos para poder cerrar las distintas brechas que caracterizan al país. ¡Sí, cuñao! El Estado necesita más recursos para cerrar brechas, pero en los últimos 16 años, dejó de usar S/20,000 millones, en promedio, para cerrar esas brechas. ¡Qué incoherencia!
Obviamente, la gente se opuso porque implicaba afectar a los mismos de siempre que pagan impuestos. Y, contrario a lo que decía el gobierno de que no se afectaría a la clase media, sí lo haría. Estaba enfocado en cobrar más impuestos a los alquileres, donde el 25% de los que alquilan son clase media, cobrar impuestos a los seguros de vida y afectar las rentabilidades de las AFP donde cotiza la clase media.
Pero para que vean la suerte de algunos, chequea el gráfico N°1. El 2021 cerró con un récord de recaudación cercanos a los S/140,000 millones. Un 44% mayor al 2020 y, lo más importante, 19.2% más que en el 2019. ¿Por qué el aumento? Por crecimiento económico. Ahí está la solución. Como les explicamos acá, aunque se trata de un rebote estadístico, el crecimiento del 2021 permitió más recursos para el Estado. Obviamente también influyó los elevados precios internacionales de los metales y por las medidas de cobranza hecho por Sunat.
Ahora, ¿quiénes pagan impuestos en el Perú? Ahí tendríamos que hacer una distinción entre impuestos directos e indirectos. Los impuestos indirectos los pagan casi todos porque aplica sobre cualquier venta que se realiza en el país. Desde cuando compras un yogurt o un auto. El más conocido es el Impuesto General a las Ventas (IGV). Por otro lado, también están los impuestos directos que se cobran las rentas o ingresos que se reciben, el más conocido es el Impuesto a la Renta (IR) y es en este dónde pocos pagan.
¿Cómo se distribuye la recaudación de esos impuestos? Miremos la gráfica N°2. En otros países, la mayor parte de los impuestos lo recaudan los impuestos directos. Pero en Perú, lo más importante son los impuestos indirectos. Y eso no hace sostenible al sistema.
Por otro lado, ¿qué sectores son los más importantes? O, mejor dicho, ¿quiénes paran la olla? A ver, hablando formal, el sector servicios, es el más grande en lo que respecto al pago de impuesto a la renta, pero abarca varios subsectores (enseñanza, transportes, comunicaciones, turismo, etc.). Le sigue la minería, donde solo ella le para la olla a varios gobiernos regionales y municipalidades. Veamos la tabla N°2.
¿Se deben hacer reformas? Sí. Nuestra presión tributaria, aunque subió, sigue siendo baja. Pero, según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), si consideramos la economía formal, tenemos una presión del 39.4%. Igual de alta como en las economías de Europa. Por eso, se debe reformar tanto el Estado como el sistema tributario. Hoy, solo 9 personas de 100 pagan IR. El resto, no paga o porque es informal (y le conviene serlo) o porque la estructura tributaria le permite estar exonerado.
Pero ya pues… ahí está. Al Estado le cayó más recursos. Si antes se quejaba que la presión tributaria era baja (14.4%), gracias a esta recuperación, la presión se encuentra en más de 16%. No tienen excusas para no hacer bien las cosas. Para no hacer que el Estado funcione y que las brechas en este país se cierren como debe ser. Que hagan trabajar los recursos que ya tienen de forma correcta, eficiente y transparente.