La vicepresidenta de la República, Dina Boluarte Zegarra, fue expulsada recientemente del partido de gobierno, Perú Libre, por hacer públicas sus discrepancias con el ideario marxista/maoísta de la agrupación, y la posición totalitaria de su secretario general, Vladimir Cerrón, con el que nunca comulgó, pese a su invitación como aliada política en las últimas elecciones generales.
“Siempre he sido y sigo siendo de izquierda, pero de izquierda democrática no totalitaria”, tituló Boluarte a un comunicado que difundió a través de sus redes sociales, tras oficializarse su expulsión de Perú Libre. Poco antes, en declaraciones a La República (en entrevista del 23 de enero), había dejado en claro que nunca abrazó el ideario del partido.
Y fueron justamente esas declaraciones las que desencadenaron su expulsión del lápiz, la gota que derramó un vaso lleno hasta el límite y que había estado a punto de colapsar en más de una ocasión.
La misma Dina Boluarte ha revelado que en noviembre pasado ya habían querido sancionarla dentro de Perú Libre, lo cual no prosperó debido a vacíos e incongruencias en el estatuto de la propia organización. Es más, Boluarte ha calificado como “bamba” (o improcedente) su expulsión, porque no existe un reglamento del Consejo de Disciplina del Comité Regional de Lima ni documento que acredite la designación de un presidente (o presidenta) del mismo.
Es decir, la misma desorganización que se aprecia en el gobierno actual, es la que se vive dentro del partido oficialista. Pero ese es otro tema.
Aliada política
Solo por recapitular, Dina Boluarte fue invitada a Perú Libre debido a su popularidad en el pueblo de Apurímac, donde llegó incluso a ser presidenta de su club regional. Como es sabido, ella viene de una familia con más de un antecedente político. Su hermano Wigberto Nicanor Boluarte, por ejemplo, fue viceministro de Promoción del Empleo en el 2016, durante el gobierno de Ollanta Humala, y ha ocupado varios cargos en el Estado.
Otro antecedente familiar es el de su hermana René Boluarte Zegarra, quien es asesora de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y, por casi una década, lo fue del desaparecido Consejo Nacional de la Magistratura. René fue candidata a regidora provincial en las elecciones municipales de Lima Metropolitana de 1989 por el Acuerdo Socialista de Izquierda.
También está Nélida Boluarte, quien postuló sin éxito como regidora provincial en las elecciones municipales de Aymaraes (Apurímac) de 1983 por Acción Popular. El que sí tuvo suerte fue Saúl Gregorio Boluarte Zegarra, quien postuló como regidor provincial para Aymaraes en las elecciones de 1993 por el Frente Independiente Popular de Aymaraes, y fue electo.
La propia Dina Boluarte tentó la alcaldía del distrito de Surquillo, en Lima, en el 2018, con Perú Libertario, el primer nombre que tuvo el partido que la acaba de expulsar. Desde entonces, ya coqueteaba con el que se convertiría en el primer partido de izquierda en ganar las presidenciales.
Enemiga pública
¿Qué pasó entonces entre los dirigentes del lápiz y Dina Boluarte? ¿Cómo acabaría declarada enemiga pública de Cerrón y sus simpatizantes? Miembros fundadores de Perú Libre, hoy distanciados por diversas razones del partido, informaron a Piensa.pe que la presencia de Boluarte, e incluso la de Castillo, respondió únicamente a un interés político, a la cantidad de votos que podían generar en sus respectivas regiones.
“Vladimir Cerrón pensó que Castillo y Boluarte serían como sus títeres, que harían lo que él les dijera sin chistar, y que así podría gobernar desde las sombras. Pero no fue así. Sin querer, Cerrón terminó empoderando a ambos y, si bien Castillo todavía no se distancia totalmente de Perú Libre, Boluarte ya empezado a abrir su propio camino”, comenta la fuente.
En efecto, como vicepresidenta del Perú, e incluso también como titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), Dina Boluarte es actualmente una figura poderosa, al que no muchos prestamos atención, pero deberíamos.
Y no sólo ella, también resulta crucial mirar a su entorno más cercano, a sus allegados, entre los que destaca un personaje poco mencionado, su principal asesor, el chamán Teodoro Berrú Zurita, más conocido como Teo Berrú.
“Teo Berrú es la mano derecha de Boluarte, desde hace mucho tiempo. Ella no da un paso sin consultarle a él. Él agenda sus reuniones, le dice con quién sí y con quién no debe trabajar. Tiene un papel importante dentro del Midis y la vicepresidencia, aunque no sea oficial. Es su consejero espiritual y político”, revela nuestra fuente.
Partido propio
Berrú es conocido como “el coordinador general de Dina Boluarte”, y aunque no tiene cargo oficial en el Midis o la Vicepresidencia, juega un papel importante en ambas instituciones. Es más, desde hace algunos meses, se sabe que viene impulsando un movimiento político con intenciones de convertirse en partido.
El partido propio de Boluarte (y Berrú) tendría el nombre de Pachamama, en honor a la ‘Madre Tierra’ de la cosmovisión andina que el chamán y la vicepresidenta dicen representar. De hecho, Teo Berrú inauguró a fines del 2021 un local con el mismo nombre, y no ha dejado de hacer activismo político en las redes sociales.
“Desde un comienzo Boluarte quiso armar su propio partido, la Pachamama, en alianza con Berrú. Éste, por sus conocimientos de chamanismo y curanderismo, se autoproclama como un difusor de la cultura andina, y ese es su gancho entre la gente. Ahora con la expulsión de Boluarte de Perú Libre, seguramente terminarán de formar el nuevo partido”, comentó la fuente.
Posibles escenarios
Tras la ruptura de Dina Boluarte con Perú Libre, que va más allá de su expulsión, pues ella misma ha comunicado al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) su intención de alejarse del partido por no respetar su derecho a opinar, se abren nuevos caminos en su carrera política.
Según expertos, son dos los posibles escenarios, uno que la beneficia y empodera, y otro en el que desaparece para siempre.
El especialista en ciencias políticas Alonso Cárdenas ve esta situación con desconfianza y nos pinta un escenario poco favorable para Boluarte. Para él, la expulsión de la vicepresidenta, la coloca en una posición bastante complicada, casi al borde del abismo, sobre todo ante una eventual vacancia de Pedro Castillo.
“Yo veo muy difícil que el partido de gobierno (Perú Libre) permita que Dina Boluarte se convierta en presidenta. Es decir, si Castillo cae en una posible vacancia, el mismo Perú Libre, o al menos la facción de Cerrón, va hacerle la vida imposible para que ella no pueda asumir la presidencia y esta sea ocupada por quien presida el Congreso”, comenta.
Asimismo, señala que la expulsión de Boluarte de PL, sólo revela la crisis terminal e irreversible del sistema de representación política en el Perú.
“Cómo es posible que el partido de gobierno le declare la guerra a la vicepresidenta. Cómo es posible que este vientre de alquiler ponga en la presidencia y la vicepresidencia a dos personas que no comulgan con el ideario del partido. Esto revela, una vez más, el enorme nivel de improvisación y fragilidad, no sólo de PL, sino del sistema de partidos en nuestro país”, añade.
Por su parte, el politólogo Luis Benavente sostiene que el distanciamiento de Dina Boluarte de Perú Libre responde a un manejo retrógrado y desfasado del partido, pero que podría ser beneficioso para ella, al abrirle posibilidades de alianzas con otros partidos de oposición.
“Lo que ha ocurrido en PL, nos habla de un partido ortodoxo, muy rígido, un partido que podría corresponder a los años cincuenta, no a una izquierda moderna, más flexible, más integrada. Estamos hablando de un partido de pensamiento totalitario, pensamiento de la línea Gonzalo, además. Pero esto deja a Boluarte en libertad y reduce un poco el compromiso que ella podría tener con Castillo”, explica Benavente.
“En cierto modo, esto podría permitirle a Boluarte ser más atractiva para la oposición, que creo puede acercarse a ella ante una eventual vacancia. Estamos en un escenario que la puede beneficiar de cara a ocupar la presidencia”, acota el analista.