Cuando parecía haber despertado y empezado a subir en las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones del 11 de abril, el candidato Hernando de Soto (Avanza País), en medio de crecientes rumores, admitió que se había vacunado en EEUU contra la COVID-19.
“He logrado hacerlo sin quitarle ninguna vacuna a mis compatriotas”, dijo De Soto, al señalar que lo hizo porque es una persona de alto riesgo por su edad (79 años) y porque debe seguir viajando para hacer campaña. “Tomo en consideración que tengo que protegerme a mí, a mi familia y a la gente con la cual yo hablo”, agregó desde Cusco, a donde llegó el miércoles a cumplir actividades proselitistas.
El candidato de Avanza País ya recibió las dos dosis en sendos viajes que hizo a EEUU, el 1 de marzo y el último 22 de marzo, según consta en su registro migratorio, a donde ingresó con su pasaporte peruano -que es el único que tiene, como ha confirmado él mismo-. “(Mi vacunación) ha sido por medio del sector privado. No he sido asistido por ningún gobierno. (Ha sido) con el mercado privado, que yo he tratado de abrir para todo el mundo”, dijo De Soto consultado al respecto, aunque no supo precisar qué vacuna le habían aplicado.
“El problema no es ser vacunado. El problema es cuando se abusa del poder como funcionario público”, remarcó el economista, en alusión al escándalo del ‘Vacunagate’ en el Perú. En efecto, su caso es distinto al de los altos funcionarios del gobierno pasado y del actual que se vacunaron con las dosis de Sinopharm de manera indebida y a espaldas del país.
Pero la cuestión con la decisión de Hernando de Soto es que no fue claro ni transparente en un momento crucial de su campaña, lo cual además le abre un flanco que sus rivales electorales van a aprovechar. “Me parece vergonzoso que se vacune con el pretexto de la campaña”, comentó el candidato de Victoria Nacional, George Forsyth, que se sumó a críticas de otros postulantes como Ollanta Humala o Julio Guzmán.
El otro error es que De Soto había dicho en varias entrevistas que, en efecto, le habían ofrecido vacunarse en el extranjero, pero que desistía porque “no quería tener privilegios”. Es por lo menos una contradicción que luego de ello haya viajado a EEUU a inmunizarse contra el virus.
“El problema son las declaraciones que él mismo dio señalando que no iba a aceptar ningún privilegio. Ahora él mismo ha señalado que ha recibido ya la vacuna en sus dos dosis. Qué pena sobre todo porque es un candidato presidencial”, dijo consultada al respecto la candidata Keiko Fujimori.
La politóloga Kathy Zegarra dijo en El Comercio el candidato perdió una oportunidad para ser sincero y fortalecer la confianza con el electorado, lo cual puede tener un impacto negativo en su campaña. “A pesar de que él sea parte de una población de riesgo por su edad, deja el mensaje de haber actuado bajo la consigna del ‘sálvese quien pueda’ y eso no es algo que se aprecie a nivel electoral en alguien que piensa asumir la presidencia de la República”, comentó la analista
Hay además otras inconsistencias en las explicaciones que ha dado hasta el momento De Soto, como cuando asegura que se vacunó a través del sector privado en EEUU, pero lo cierto es que en ese país todas las vacunas las administra el gobierno, porque los privados no compran ni venden vacunas en este momento, al tratarse de un bien escaso en el mundo. En lo que sí apoya el sector privado son con sus capacidades para la inmunización.
“Una cosa es que el gobierno peruano haya sido muy inútil para comprar las vacunas, pero eso no justifica que un candidato presidencial, sea el señor De Soto o cualquier otro candidato, venga a vacunarse acá a Miami (EEUU) no siendo residente de La Florida (…) No digo que Hernando de Soto haya cometido un delito, ni siquiera una felonía, pero sí una picardía que va a socavar su credibilidad y su imagen, porque no debió decirlo cuando fue pillado (descubierto), debió anunciarlo”, dijo el periodista y escritor Jaime Bayly en su programa del canal MegaTV en Miami.