Y otra vez han puesto a Bolivia como ejemplo de desarrollo. ¡Qué terca esta gente, oee! Aquí te explicamos porqué el modelo de Bolivia no era sostenible, aquí profundizamos en la nacionalización y acá te dimos más data de las debilidades del “modelo” boliviano. Pero bueno, siempre hay personas que desean que les cuenten una narrativa de acuerdo a sus gustos y preferencias y hacerse de la vista gorda ante la realidad o la evidencia.
Bolivia, debe quedar claro, no es un ejemplo al que Perú deba copiar en alguna política. Bolivia sigue siendo la misma economía primaria exportadora rentista como muchos otros países de Latinoamérica. Como el mismo Perú, aunque nuestra economía es un toque más diversificada. En Bolivia, entre el 2017 al 2020, las exportaciones de hidrocarburos y minerales fueron en promedio el 74% del total. En cambio, en el Perú son alrededor del 68%, una diferencia no significativa pero que va aumentando gracias a una mayor participación del sector agroexportador, industrial y textil.
La tabla N°1 puede dar una mejor visión de la estructura de exportación de Bolivia. En 2020, las exportaciones de Bolivia sumaron poco más de US$6,900, de los cuales 70% está ligados a materias primas, cuya principal característica de esas industrias es que son intensivos en capital; es necesario gran inversión maquinaria e infraestructura, pero no absorbe mucha mano de obra.
Ahora, si comparamos también debemos hacer el mismo ejercicio para Perú. Chequeen la tabla N°2. Ahí se ve la estructura de las exportaciones peruanas. Un detalle, a diferencia de Bolivia, es que como segundo rubro más importante no es nuestro sector de hidrocarburos, sino el sector agropecuario, que contiene productos tradicionales (azúcar, café, algodón, etc.) y no tradicionales (productos de agroexportación).
Un punto también relevante de la tabla N°2 es la participación de del sector textil (que requiere contratar a bastante gente para operar). Y bueno, un punto también a destacar es que, en términos nominales, Perú exporta cinco veces más que Bolivia. Solo nuestro sector agropecuario, en 2020, exportó el equivalente al 80% de las exportaciones totales bolivianas. A ver… ¿dónde hay más éxito? Aquí se ve la falta de vínculos productivos en la economía boliviana y que tampoco fue diversificada.
Por otro lado, si nos quejamos de que nuestra economía es altamente informal, la cual, según te contamos ayer, llegó a niveles del 78%, después de haber caído al 73% en el 2019; en Bolivia se ha mantenido estable en un 80% en los últimos años. La pregunta que cae de madura es, ¿si crecieron un 5%en promedio por muchos años, cómo es posible que no se haya reducido esa informalidad? Otra característica de su economía estatizada es que genera clientelismo, dada su baja institucionalidad, captura al Estado cual garrapata y después, es difícil desarticular esas malas costumbres.
Analizando otras variables sobre el comportamiento de la economía boliviana es su déficit fiscal. En los últimos 5 años, gastaron más de lo que recaudaron en impuestos, al equivalente de un 7.4% de su PBI. En el caso peruano, para ese mismo período fue de 2.2% Para el caso boliviano, ¡es insostenible! Y más insostenible porque no considera el año de la pandemia. Eso sucede porque mientras más control tenga en Estado en la economía, más recursos necesitará. ¿Qué tiene que hacer Bolivia para tapar ese hueco? Facilito nomás, pedir préstamos y aumentar su deuda. Total, las generaciones futuras la pagarán.
Miremos el gráfico N°1. Algo que no cuentan mucho los socialistas del Siglo XXI es que el imperio o los países capitalistas, en el 2005, condonaron o perdonaron la deuda externa a muchos países. Entre esos países estaba Bolivia. Le perdonaron varios cientos de millones de dólares. Tan es así que para el 2006, la deuda Bolivia llegó a niveles del 28%, después que el año anterior, estuvo en más del 50%. Llegó a estar en niveles más bajos que la deuda peruana.
Sin embargo, vino Evo Morales, y posiblemente con la mejor intención del mundo, los recursos que se ahorraban en pagar la deuda (el capital más intereses) lo repartieron a la población. Transfirieron renta se le dice. Y eso no está mal. Sin embargo, se hizo de una manera irresponsable y poco sostenible, justamente para calmar demandas clientelistas y por ofrecer un populismo barato. ¿El resultado? La deuda boliviana, otra vez, se encuentra en niveles del 50% de su PBI. ¡El colmo!
Ante estos datos, no podemos creerle al líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, de que el modelo de Bolivia funciona. En una entrevista el domingo último en Canal N, sostuvo que hoy el Estado boliviano se queda con el 82% de las ganancias y el privado el 18% restante. Una narrativa que aquí también se quiere implementar y que pegó muy fuerte en la ciudadanía boliviana. Sin embargo, en la práctica eso no fue real. Cuando asume la presidencia Evo Morales, ya se había aprobado una ley donde las empresas gasíferas debían pagar el 50% de impuesto a la renta.
Un error en política económica es creer que una fórmula que te hizo crecer en el pasado, lo seguirá haciendo a futuro. La diversificación productiva debe ser prioritaria para el caso peruano, pero desde ningún punto de vista, alguna política que Bolivia implementó debe ser replicada en el Perú.