Lo hizo de nuevo. Guido Bellido, nuestro primer ministro, volvió a dejar en ridículo al gobierno entero. Es brillante la manera en cómo le mete el serrucho, la chaira, el sable y el machete enterito y al mismo tiempo sabotea la primera gira del presidente Pedro Castillo y el ministro de Economía, Pedro Francke, que viajaron a México y EEUU con nuestra plata usada para tratar de transmitir confianza y atraer inversiones al Perú.
Pareciera que nos sobra la plata. Nos la tiramos en viajes que no servirán para nada o la metemos a empresas públicas. Si el gobierno hace la locura de tomar Camisea, ¿cómo creen que administrarían esa empresa? Pues por Petroperú, que nos ha costado casi US$5,000 millones solo por una remodelación. Es una empresa pública que ha tenido pérdidas acumuladas por S/13 mil millones en 10 años, pero a la que la premiarán con entrar, posiblemente, a los mercados de exploración de petróleo y hasta en “energías renovables” (sumamente riesgoso y costoso), como lo adelantó el mismo Bellido cuando fue a pedir el voto de confianza al Congreso.
Ahora entendemos los movimientos en Petroperú. Ya habían captado el directorio, les faltaba la plana directiva (las gerencias) y lo hicieron en las últimas semanas. Que no nos sorprenda que el gobierno haga lo imposible por patear el tablero de las negociaciones con el consorcio Camisea, para que Petroperú administre el yacimiento más grande de gas en el país. Lo peor es que, aunque demostremos que es una mala decisión, seguirán premiándola. Que no nos sorprenda si le dan autorización para hacer exploración gasífera, actividad que nunca en su historia ha hecho (y sí, también es riesgosa).
Pero vamos por partes para mayor contexto. El presidente se la pasó diciendo, en el extranjero, que no es comunista ni chavista y que serán responsables en el manejo económico y se respetará el estado de derecho. Por su parte, el ministro Francke, después de empujarse huevos de hormiga, dijo a los cuatro vientos que no se harían expropiaciones. ¿Qué sucede después? El jefe de Francke y subordinado de Castillo usa sus redes sociales (¡redes sociales!) para comunicar decisiones de estado o enviar mensajes oficiales.
¡El colmo! ¿Cuál es la razón? ¿Cuál es el fin? Miren, dado que la irresponsabilidad los guía, su único fin es obtener más poder. Pero para eso, tienen que aparentar que están con el pueblo. Que luchan por el pueblo. Que lo que harán será beneficioso para el pueblo. Pero lo único que lograrán es ir en contra de ese pueblo que dicen proteger y cuidar. Y lo peor es que ese pueblo pagará por sus irresponsabilidades e ignorancia. Noten que el más contento (porque le sería muuuuy beneficioso) con una nacionalización u expropiación será la misma empresa (o consorcio). Veamos la tabla N°1 .
O sea… la empresa invierte en el primer año un monto, en el ejemplo es US$25,000 mil millones y espera recuperar esa inversión en N años (puede ser 15 o 20 años). Lo que recibirá año a año se le llaman flujos. ¿Qué pasaría si hoy el gobierno les nacionaliza la empresa o el yacimiento porque quiere recuperar la soberanía que por décadas nos fue robada y es obligación del gobierno socialista recuperar y bla, bla, bla? La empresa le dice: Ok, quédatelo, pero me pagas hoy toda la inversión que hice. Sea en tribunales peruanos o extranjeros, lo que debía recuperar en un horizonte de años, lo recupero en menos de 1 año.
La misma Sociedad Peruana de Hidrocarburos considera que las indemnizaciones que le tendríamos que pagar de la nuestra a los de Camisea serían unos US$30,000 millones. O sea, más de S/120,000 millones (gracias a que nuestro tipo de cambio alcanzó un nuevo récord de S/4.12). Esa cifra es un 68% del presupuesto actual de la república. ¿De dónde vamos a pagar una cantidad cómo esa al cash (porque en cuotas no te lo van a dejar)? ¿Dejamos de invertir en salud y educación y en todo lo que es infraestructura? Para robar son buenos, pero para dar soluciones reales a los problemas de la gente no saben dónde están parados.
Es la misma estrategia que aplicaron gobiernos socialistas: dicen defender los intereses del pueblo, pero en realidad están defendiendo sus propios intereses los cuales tienen como fin establecer un gobierno autoritario para perpetuarse en el poder y levantarse todo lo que puedan. Además, sus argumentos son mentira pura y dura. Solo veamos una del primer corrupto de la nación y líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón:
Esto es falaz en todo sentido. Tenemos que empezar a aprender cómo son las cosas. Es la única manera de tirarse abajo posiciones falsas y tontas. En el Perú usamos dos tipos de gas: el Gas Licuado de Petróleo (GLP) y el Gas Natural (GN). Camisea (que entró en funcionamiento en el 2004), produce dos productos: El GN y líquidos de GN. La única manera en que el GN sea distribuido es mediante ductos hacia empresas y hogares. Con los líquidos de GN se produce GLP, que es el gas que hemos usado toooda nuestra vida a través de balones. Los de 10kg, ¿te acuerdas? Pero este gas se deriva del petróleo.
En Camisea (Cusco) no se produce este GLP (a través de los líquidos de GN). A través de ductos, esos líquidos son llevados a Pisco, donde está la planta de fraccionamiento y se obtiene el GLP. Esa producción de GLP, ojo con esto, se destina en su totalidad al mercado interno, no se exporta. Pero con esa producción solo logramos cubrir al 80% de la demanda. Por eso, un 20% lo tenemos que importar sí o sí.
Como los precios se determinan en función al mercado (y no en función al costo), ese precio del GLP se determina en función al mercado internacional, y como te contamos acá, el precio del petróleo viene aumentando, y por eso el GLP se dispara. “Entonces si en nuestro mercado el precio es menor, hagamos que los precios se determinen en función al costo, ya pues Piensa.pe, piensa pess… usa la azotea”.
Claaaro… “idea brillante”. Pero tiene un pequeeeño problema. ¿Qué es peor que pagar un precio alto? No tener el bien o el servicio. Si los precios internos son menores al de importación, se generaría escases porque no se tendrían los incentivos de vender productos cuando en otra parte del mundo puedo venderlo a mayor precio. Es decir, una parte de la demanda no sería satisfecha por esa medida.
Otra falsedad que sostienen los de la izquierda es que como exportamos el gas (natural), no podemos masificarlo. Eso no es cierto. Producimos más gas del que nuestra demanda requiere. Muchas zonas del país no acceden al gas natural porque no hay infraestructura; es decir, tuberías para transportarlo. Pero eso escapa al consorcio que maneja Camisea.
Eso lo tenía que hacer el gobierno. Y lo hizo, pero como siempre, la corrupción destruye todo lo que toca… El gasoducto del sur, que lo hacía Odebrecht y Graña & Montero, se vino abajo por los escándalos de corrupción y el proyecto quedó en nada. El estado, a través de los gobiernos de Vizcarra y Sagasti, no lo volvieron a relanzar. ¡Pésima decisión!
Otra aberrante mentira que sostienen en la izquierda es que no paga suficientes impuestos. El colmo de la falsedad. Para el economista David Tuesta, en declaraciones a El Comercio, dice que es 65%. Misma cifra que comparte el presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos, Felipe Cantuarias. ¡65%! ¿Qué quiere el gobierno? ¿Captar la empresa para después no saber qué hacer con ella ni con los recursos?
Camisea, un proyecto que por años no pudo desarrollarse porque la izquierda se opuso tercamente, ¿o no recuerdan a Daniel Estrada? Ex alcalde de Cusco y ex congresista y uno de los más acérrimos opositores a ese proyecto. Hoy esa izquierda que se opuso quiere apropiarse de un proyecto que ha sido beneficioso al Perú en todo sentido. Pero no aprendemos… y nos tragamos el cuentazo que la izquierda nos sigue pintando.
Tal vez sí sea necesario renegociar, puede ser. Pero en la manera prepotente, agresiva e ilegal de cómo se ha planteado, sería nefasta para el país. Si el gobierno de verdad deseara ayudar a las zonas del sur, la negociación estaría en cómo llevar la infraestructura para que el gas pueda ser distribuido a los centros poblados y ciudades cercanas al proyecto de Camisea. Verdaderamente, ha sido un error de la clase política no haberlo antes.
Pero como decimos, el gobierno no plantea otro tipo de soluciones que no sean el robo y atentar contra la propiedad privada, porque no tienen idea de cómo solucionar problemas reales. No podemos concebir que el ministro Pedro Francke tolere la falta constante de respecto hacia su persona. ¿Por qué lo acepta? ¿Tanto gusta el fajín? No se sabe en quién confiar. Solo les queda a los ciudadanos defender, de los impresentables que nos gobiernan, lo que tanto nos costó con sangre, sudor, lágrimas y esfuerzo en los últimos 30 años..