Mientras países como Reino Unido y Estados Unidos ya comenzaron a aplicar la vacuna, creada por la empresa Pfizer (en unión al laboratorio BioNTech), a sus ciudadanos (entre personal de salud y personas de alto riesgo), el tema de cuándo llegarán a Perú las dosis, y en qué cantidad, se vuelve más confuso y complicado de entender.
El 03 de diciembre, en una entrevista con la prensa extranjera, nuestro presidente-poeta Francisco Sagasti indicó: “La situación real es que esas vacunas llegarán al Perú en el tercer y cuarto trimestre del 2021 porque hay otros países que están delante de nosotros (…)”. Esa declaración la recogió el diario El Comercio. Sin embargo, el 05 de diciembre, en RPP indicó que “si todo sale bien, a fines de diciembre tendríamos el primer lote de vacunas”. Yaaa…
Pero ahí no acaba la cosa. La primera ministra, Violeta Bermúdez, en una entrevista el domingo en Panorama, sostuvo: “Puedo asegurar que durante el primer semestre del año 2021 vamos a tener vacunas en Perú, de acuerdo al estado de las negociaciones hoy”. Entonces, del ofrecimiento para el primer trimestre 2021, cambiaron a un chip más optimista, al decir que para este año se tenía la vacuna, para luego otra vez ofrecer la vacuna para el 2021, pero dentro del primer semestre.
¿Por qué esa falta de coordinación entre altas autoridades en un tema sumamente sensible como las vacunas para enfrentar la Covid-19? Lamentablemente, el optimismo exagerado o juego con las expectativas de la población no ha sido solo en este gobierno (que a las justas tiene un mes de iniciado). Recordemos que, en el gobierno de Martín Vizcarra, el plan era comprar 30.4 millones de vacunas, donde el primer lote llegaría a fines de este año 2020.
El laboratorio encargado de ese primer lote iba a ser el chino Sinovac, junto con el instituto Butantan de Brasil. ¿Cómo van? Bueno, al 9 de diciembre sus ensayos clínicos aún no terminan. ¿Cómo pudo el gobierno hacer planes y cronogramas si ni quisiera se tenía la certeza de que las pruebas médicas (necesarias para evitar que te salga un tercer ojo en la frente) finalizarían en los tiempos correctos?
“Ya pues Piensa.pe, no renieguen y esperemos que las dosis de las vacunas ya pagadas, empiecen a llegar durante el primer semestre del 2021 como ha dicho (esperemos que nadie la contradiga) la primera ministra”. Ehhh… ¿pagadas? Para mala noticia, les cuento que el Estado peruano aún no ha pagado por ninguna vacuna.
Uno de los cuatro integrantes del Comando Vacuna, Antonio Pratto, ha dicho textualmente: “Hay un acuerdo de compra firmado con Pfizer, pero este tiene que ser refrendado por un acuerdo ya final. Esto es lo que no hay. Ahí se fijan las condiciones de pago, (…) Venezuela y Perú son los únicos países que han firmado acuerdos con un solo laboratorio”. ¿Y Covax Facilitiy? En este caso, el Perú pagó su parte, pero al ser un aporte de varios países (proyecto de la OMS) puede darse el caso que esos países, al negociar con laboratorios una mejor vacuna (en precio y tiempo), ya no crean necesario hacer este aporte.
Y lo que decía el presidente Sagasti a los miembros de la prensa extranjera, de que delante de nosotros ya hay otros países, es cierto. Pfizer, según el portal The Independent en Español, ya vendió cerca del 82% de sus vacunas a países más ricos. Con esto, países de ingresos medianos y bajos se quedan sin suministro hasta, posiblemente, inicios del 2022; dado que los 1,300 millones de dosis que Pfizer puede producir en un año, gran parte ya estaría reservado para los primeros países.
Pero que los laboratorios nos dejen de lado no es un tema de falta de iniciativa del gobierno o de que los laboratorios prefieren el mejor postor. Se debe más bien a la oportunidad en la venta, que responde más bien a características estructurales del país. El Perú no posee una cadena de frío en ninguna parte de la cadena logística que requiere el manejo de las vacunas. En el caso de Pfizer, se necesitan -70°C, por lo que es muy difícil que los laboratorios nos esperen hasta que armemos esa infraestructura.
La primera ministra, en su presentación ante el Congreso por el voto de confianza, ya había tocado ese problema: “Existen dificultades logísticas para almacenar y distribuir las vacunas, debido a que se requieren condiciones estrictas de refrigeración, y por ello, resultará un desafío, especialmente debido a las características geográficas del país”.
Así están las cosas con respecto a las vacunas. No son noticias que permitan que en estas fiestas navideñas y, con el verano encima, bajar la guardia, dejar de cuidarnos, y acudir cuanta reunión nos provoque. Ello sería un grave error. Recordemos además que, según el Ministerio de Salud (Minsa) la positividad (porcentaje de personas que se hacen la prueba en un período de tiempo y son positivas al covid-19) está aumentando y la cantidad de pruebas (moleculares sobre todo) realizadas ha disminuido.