Perúpetro es una importante empresa estatal. Es tan importante que tiene por firmar contratos por unos, nada despreciables, US$5,500 millones. Pero, ¿contratos de qué? Para responder a esta pregunta te tengo que explicar una diferencia. Existe Perúpetro, pero también existe Petroperú. Las dos son empresas estatales, pero tienen funciones completamente diferentes y la primera supervisa a la segunda.
Perúpetro es la empresa que promociona, negocia, suscribe y supervisa contratos para explorar y explotar hidrocarburos. Esos contratos se firman con empresas privadas, nacionales o extranjeras. Se hace así porque explorar es muy costoso y, lo más importante, es muy riesgoso. Si la empresa privada no encuentra recursos (petróleo), su inversión fue. Pero es dinero privado a riesgo de personas privadas. En cambio, si el Estado invierte y no encuentra, son recursos perdidos que se hubieran destinado a otras necesidades.
En cambio, Petroperú significa Petróleos del Perú, y es la empresa del Estado encargada de transportar, refinar, distribuir y comercializar combustibles u otros derivados del petróleo. En diciembre del 2021, el nuevo gobierno del presidente Castillo, con un decreto, dio autorización a Petroperú para que opere un lote en Talara. Lote que antes lo trabajaba una empresa privada. Para eso, tuvo que firmar contratos con Perúpetro. Así, Petroperú retorna a la producción de hidrocarburos después de 25 años.
Pero volvamos a los US$5,500 millones. Los contratos por firmar para que esa inversión se dé, son contratos como el que ha firmado Petroperú. O sea, son lotes que los tenían empresas privadas, pero por la pandemia, conflictos sociales y temas legales, dejaron de explotarlos. Justamente, es uno de los problemas que Perúpetro posee. Como muestra la tabla N°1, los contratos o compromisos de inversión han venido reduciéndose. Hace 11 años, se tenían 82 contratos vigentes; el 2021 cerró en solo 34.
Menos contratos implica menores inversiones y menos producción. Y justamente eso es lo que ha venido sucediendo en los últimos años. Entre el 2011 y el 2014 la producción, en miles de barriles de petróleo llegó a su máximo, al estar entre los 153 mil y 173 mil anuales. Pero, al mismo ritmo que descendían los contratos vigentes, la producción se hacía menor.
Y obviamente, lo anterior tiene impacto en los ingresos que recibe el Estado. La tabla N°3 muestra el comportamiento de los ingresos que ha recibido el Estado hasta 2020. El 2020 los ingresos cayeron en 36%, pero puede deberse a la pandemia. El 2019, año sin pandemia, los ingresos también cayeron en 24%. Los ingresos del 2021, pueden haberse incrementado por temas netamente ajenos a la gestión del Estado; por ejemplo, incrementos del precio del petróleo en los mercados internacionales. Pero, si lo que justamente se desea es no depender de las fluctuaciones del mercado internacional, más contratos se tienen que firmar para proteger la producción local.
Y para que se logre la firma de contratos, se tiene que conocer al sector. Se debe ser experto en un sector donde se entienda los procesos de producción y el mercado. Y eso es justamente lo que Daniel Salaverry, el nuevo presidente de Petroperú, no tiene. ¿Qué entendemos por meritocracia? Es aquella forma de gobierno donde gracias a los méritos profesionales, uno obtendrá más responsabilidades (y también más ingresos de paso). Pero el gobierno parece creer que significa premiar a los que te hicieron favores.
La meritocracia, sea en el sector privado o público, es necesaria. Pero, ¿saben dónde más se requiere? En el sector público. El costo de no tenerla, es altísimo y lo más grave, nos impacta no en el momento, sino años después de las malas decisiones que salieron de no poner a personas capaces, y con el necesario conocimiento. Una prueba de esto es Petróleos de Venezuela, más conocida como PDVSA. Lo primero que hizo el gobierno chavista, es borrar su meritocracia y así poder tomar control de la empresa, la cual fue saqueada y quebrada.
Básicamente, Perúpetro es la creadora de la riqueza petrolera en el Perú. Tiene tanto poder que puede designar, sin licitación, a quién darle lotes petroleros para su explotación, y lo más raro es que fija las regalías a su criterio. Este gobierno ha demostrado estar coludido con malos empresarios, los cuales están ligados al sector petrolero, como Heaven Petroleum Operators (HPO). La designación de Salaverry solo aumenta la desconfianza sobre el gobierno de Castillo, quien parecer solo querer beneficiar a sus allegados, y no al pueblo al que dice estar cerca.