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¿Cómo están hoy las regiones más golpeadas por el terrorismo?

Publicado: 16/09/2021
5 minutos

La mente genocida de Abimael Guzmán se ensañó con especial crueldad en los 80 con la sierra del país. Huancavelica, Ayacucho y Apurímac ahora están mejor que hace 40 años, pero cerrar las brechas sociales que aún tienen es una tarea pendiente del Estado.

Sendero Luminoso, organización terrorista que desató un baño de sangre en el Perú en los 80, se ensañó  principalmente con las regiones de la sierra. Huancavelica, Ayacucho y Apurímac fueron las más golpeadas por las acciones subversivas ordenadas por el genocida Abimael Guzmán, debido a que concentraban el mayor número de escuelas y de experiencias de combate, además de aprovechar la desatención a las necesidades de sus zonas más pobres y subdesarrolladas.

Por sus condiciones de vida,  esas regiones eran consideradas terreno fértil para su causa. Así, según declaraciones brindadas ante la Comisión de la Verdad, “[…] Ayacucho fue elegida por la extrema corrupción de los funcionarios públicos, situación que fue aprovechada para convencer a las masas de que la única solución era destruir a los causantes y crear un nuevo sistema más soportable”. 

Tras la reciente muerte del máximo cabecilla Abimael Guzmán, cabe preguntarse ¿cuál es la realidad de estas regiones en la actualidad?  ¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan?

Para ello, la Asociación de Contribuyentes analizó el nivel de acceso a bienes y servicios públicos, principales indicadores de salud y educación.

Los indicadores de educación nos muestran que los avances en estas regiones han sido notables y muy positivos. Así, en los últimos 10 años, el nivel de analfabetismo se redujo en más de 10 puntos porcentuales. Para este año, la proporción de población mayor a 15 años que no tiene acceso a educación en Ayacucho, Huancavelica y Apurímac asciende a 9.3% (44,276 personas), 10.9% (26,677 personas) y 13.5% (41,541 personas), respectivamente, lo cual las posiciona como las regiones de la sierra con menor cantidad de personas analfabetas. 

Tal como se puede comprobar con el indicador de tasa de asistencia escolar básica, más del 93% de niños y jóvenes de Apurímac y Huancavelica reciben educación inicial, primaria y secundaria en la edad que les corresponde. Un aspecto de mejora serían las condiciones para que los jóvenes puedan culminar sus estudios secundarios, ya que las regiones de la sierra comparten que la mitad o incluso un poco menos logra culminar, en ese sentido Apurímac y Ayacucho, no son la excepción.   

Respecto a los indicadores de salud, estos nos señalan que urge repensar la estrategia de atención, evaluar la efectividad de los programas presupuestales que buscan atender la desnutrición crónica y anemia y evaluar las necesidades de personal médico.

En Huancavelica existe un grave problema de desnutrición en menores de 5 años. Es la región con la tasa de desnutrición crónica más alta (31%) no solo en comparación a las demás regiones de la sierra sino del país, con aproximadamente 10,876 niños con desnutrición. Apurímac y Ayacucho habían mejorado, pero a raíz de la pandemia, la desnutrición se presenta nuevamente como un problema latente.

Para tener en cuenta el nivel de atención, se suele observar el número de médicos por cada 10 mil habitantes. En ese indicador Ayacucho presenta menor cobertura de personal médico con 6 médicos por cada 10 mil habitantes cuando lo recomendable es 23. Aunque Apurímac y Huancavelica tienen el mismo valor para este indicador, estas regiones tienen menor población, mientras que Huánuco, que tiene un número similar de habitantes a Ayacucho, cuenta con 9 médicos por cada 10 mil habitantes.

Los avances de infraestructura y acceso a servicios básicos señalan que la presencia del Estado en estas regiones es aún una tarea pendiente. Los hogares de Huancavelica son los que menor acceso a agua, electricidad y desagüe tienen, pues más de la mitad de los hogares (58%) no tiene acceso a estos servicios básicos. Ayacucho y Apurímac avanzaron en mejorar y lo hicieron a un ritmo por encima del promedio nacional, reduciendo la proporción de hogares sin acceso a servicios básicos en 30 pps, sin embargo, aún mantienen el 40% de sus hogares con estas carencias.

Para mejorar el acceso a servicios públicos a la población rural se necesita facilitar las vías terrestres mediante carreteras, puentes y caminos. Si bien en el avance de la Red Vial Departamental va de acuerdo al promedio nacional, sin embargo el avance de las redes vecinales de Apurímac, Ayacucho, Huancavelica es menor, lo que los desconecta completamente de los diferentes centros poblados de la región.

LAS BRECHAS SOCIALES, TAREA PENDIENTE

El Gobierno debe continuar trabajando por la reducción de brechas en las regiones, pues para ello dispone de recursos que se destinan a programas presupuestales. Además, cada año realiza transferencias a los gobiernos subnacionales: gobiernos regionales y municipios para que estos generen los planes de desarrollo,  ejecuten proyectos para la provisión de servicios públicos y ayuden a acercar el Estado a los peruanos.

Por ello es relevante la utilización de los recursos destinados a cada una de ellas, es decir, el nivel de ejecución. Las regiones analizadas tienen un nivel de ejecución de inversión pública superior al 65% (por encima del promedio nacional) y el uso de su presupuesto total se encuentra alrededor del 80%. Por ello, los montos que retornan al Tesoro público no son alarmantes. 

Sin embargo, para sincerar las cifras de ejecución también se debe tener en cuenta la proporción que se pierde por corrupción. Pues tal como informó la Contraloría aproximadamente 16% del presupuesto ejecutado por los gobiernos subnacionales se pierde por mal uso de los fondos. En el caso de Apurímac y Ayacucho, estas regiones pierden por corrupción el 16% de lo que ejecutan, equivalente a S/334 y 265 millones, respectivamente. Huancavelica supera el promedio, perdiendo alrededor del 20% de lo ejecutado (S/ 328 millones). A nivel de comparación con otras regiones de la Sierra, estas regiones tienen la mayor proporción de pérdida por corrupción. 

Urge continuar la lucha contra la corrupción, eficiencia en la provisión de servicios y que los tres niveles de gobiernos realicen estrategias para que se pueda mejorar la atención de las necesidades de una manera más focalizada, porque además de ser un deber del Estado reducir las brechas, estudios y la historia han demostrado que cuanto menor es el descontento social, menor es el apoyo a grupos radicales y subversivos