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Como ciudadanos, ¿qué variables económicas deberíamos conocer?

Publicado: 24/11/2020
6 minutos

En este informe, explicamos qué son conceptos como crecimiento, déficit fiscal, deuda pública e inflación, y cómo impactan en el bienestar general de los ciudadanos.

A veces los economistas hablamos de una manera recontra complicada. Deseamos lucirnos ante personas que no poseen los mismos conocimientos y/o simplemente darnos de muy cultos porque usamos términos como bonos, agregados monetarios, encaje, esterilización, superávits, riesgo país, etc.

Sin embargo, en Piensa.pe creemos que ese conocimiento debe ser transmitido a todos los ciudadanos de forma sencilla. Por tanto, en estas líneas vamos a hablar de cuatro variables que son importantes para la estabilidad de nuestra moneda, nuestro desarrollo económico y sobre la marcha del Estado; es decir, de un grupo de variables que impactan en el bienestar general de los ciudadanos.

Aquí hablamos del PBI. Lo típico que encontramos en los medios sobre esta variable son: “En el 2019, el PBI creció 2.16% en el 2019” o lo mismo, pero con información mensual: “En septiembre 2020, el PBI se redujo en 6.95%”. Esto está ligado con el crecimiento económico, que será nuestra primera variable a tocar aquí.

El ser humano no ha encontrado mecanismo más eficiente para sacar a las personas de la pobreza que no sea a través del crecimiento económico. O mejor dicho, con el crecimiento económico ha ido de la mano una continua reducción de peruanos viviendo en niveles de pobreza. Veamos la gráfica N° 1. Muestra que en 16 años, el crecimiento económico fue, en promedio, de poco más del 5%. Y al mismo tiempo, la pobreza cayó casi 40 puntos porcentuales en el mismo lapso de tiempo.  

Y notemos algo importante. Cuando el crecimiento económico fue de tasas bajas, la pobreza seguía cayendo, pero a velocidades menores. Muchos críticos indican que el impacto de esta variable no es simultáneo en todos los grupos sociales. ¡Y es correcto! Pero cuando existe, una desigualdad de ingresos temporal no debiese ser una preocupación. El mismo proceso creará oportunidades que permitan a grupos de bajos recursos en ese momento, cambiar sus condiciones económicas.  

¿Qué tiene que suceder para que este proceso sea más rápido y masivo? Que el crecimiento económico sea más alto. El Perú debería crecer, por los próximos 20 años, a tasas mínimas de 5% para pretender lograr una mejorara integral en el bienestar de todos sus ciudadanos.

La segunda variable a tocar es el déficit fiscal. ¿Qué significa? Para hacerla simple, es el hueco que se debe cubrir cuando los ingresos del Estado son menores a sus gastos. ¿Una familia promedio qué hace? Se aprieta el cinturón; reduce gastos: La salida al restorán o el delivery del domingo fue, priorizan compras de alimentos esenciales y menos “divertidos” (no helados, no dulces), reducen los gastos de entretenimiento (salidas a la calle, suspenden el servicio de cable o colocan el básico), venden lo que no les sirve, etc. ¿De cuánto ha sido ese hueco en el Estado? Veamos la gráfica N°2. Hubo períodos donde los ingresos fueron superiores a los gastos (aunque en realidad, el Estado era tan ineficiente que no gastaba, pero eso otro tema) por lo que tuvimos superávit fiscal.   

Sin embargo, desde el 2014, comienzan a existir déficits continuos. ¿Por qué? Porque la primera variable que tocamos, el crecimiento económico, siguió creciendo, pero ya no a tasas altas. Cuando hay menor inversión, no se desarrollan nuevos negocios, por lo que no se cobran más impuestos a la ganancia. Al mismo tiempo, dado que no hubo más negocios, no se contrató nuevo personal y por tanto no se pagaron sueldos o salarios, los cuales no se destinaron a consumir, por lo que tampoco se recaudó impuestos al consumo.

Es decir, las mayores recaudaciones por Impuesto a la Renta (IR) e Impuesto General a las Ventas (IGV) cayeron, pero el gasto del aparato estatal se mantuvo igual o mayor. Hoy, por la pandemia, la recaudación (los ingresos) se ha desplomado. ¿Cuánto será nuestro déficit fiscal? Alrededor del 10%. Un forado enorme. No se tenían cifras parecidas desde la debacle del primer gobierno de Alan García. Lo central aquí es que el Estado no piensa reducirse. Piensa cubrir ese forado a través de incrementos o nuevos impuestos (tranquilo… eso lo tendrá que aplicar el próximo gobierno) o a través de nuestra siguiente variable: deuda.

Una característica del ser humano es ser impaciente. Aunque una gran parte de la población ahorra, otra desea satisfacer necesidades trayendo al presente lo que debería ser consumo futuro. Los estados no son muy diferentes. La deuda que estos adquieren, para solventar los gastos del aparato estatal, son pagados por todos los ciudadanos. Veamos la gráfica N°3 que muestra el comportamiento de la deuda del Estado peruano. Al cierre del 2019, teníamos una deuda de casi el 27% del PBI.

¿Esto es bueno o malo? Cuando tuvimos más ingresos que gastos, una parte lo ahorramos y otro lo destinamos a cancelar deuda cara o transformarla a barata (reestructuración de deuda que le llaman). Gracias a ello, pudimos pasar de un nivel de 31% de deuda a solo 27% al cierre del 2019. Pero para entender el panorama completo, comparemos con otros países. La gráfica N°4 muestra el stock de deuda de países de América como de Europa.

Viendo la data, se puede decir que fuimos responsables. Sin embargo, volvamos a la gráfica N°3 por un dato en particular. En el 2013 tuvimos un nivel de deuda de solo el 19%. ¿Por qué en el 2019 cerramos con 27%? Como explicamos, al existir menor actividad económica, el Estado recibe menos recursos. ¿Cómo los ha cubierto? Con deuda. Con eso tapa el forado. Sería el colmo que nos aumenten los impuestos con los servicios paupérrimos que nos brinda. Sin embargo, lo que tenemos que tener en cuenta los ciudadanos es que esa deuda la pagaremos nosotros, tal vez no nosotros hoy, sino las nuevas generaciones.

Por último, toca hablar de inflación. Esta no es más que el aumento generalizado del nivel de precios en una economía. Una palabra que genera pavor a personas mayores de 40 años es hiperinflación. Que es una inflación imposible de controlar donde el poder adquisitivo de todos los ciudadanos desaparece. Las malas políticas económicas aplicadas en los 80 fueron en contra de lo más básicos de las libertades de los ciudadanos: El no poder ahorrar ni generar riqueza.

Hoy tenemos una institución, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) que vela por la estabilidad monetaria. Aunque no es el mejor sistema, ha dado cierta predictibilidad y estabilidad, lo que permitió que los peruanos confíen en su moneda (ha sido una de las más estables en América Latina). Sin embargo, quedó demostrado, con la última crisis política, que el sistema no está protegido y a ciertos políticos, los que controlan al Estado, les daría satisfacción retroceder casi 40 años de golpe.

Repasar de forma rápida estas 4 variables tuvo la intención de mostrar que son las empresas privadas (pequeñas, medianas y grandes) y los consumidores (o ciudadanos) los que financian al Estado. Dada la pandemia, los agentes productivos de la economía, por orden del propio Estado, tuvieron la necesidad de achicarse o cerrar. Pero los ciudadanos no le exigimos ese mismo comportamiento al Estado. ¿Por qué? El aparato estatal está para servir a los ciudadanos, no servirse de ellos. El Estado debe incentivar la actividad económica, no crecer con ella. Por ello, es necesario una reforma general de este para que nuestras libertades no sean amenazadas.

(Foto de cabecera: Reuters)

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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