El crecimiento económico es clave para recaudar más, y eso es lo que pretende el gobierno con su pedido al Congreso para que le otorgue facultades para legislar en materia tributaria. Sin embargo, lo que está mal es hacerlo como lo plantea en esa solicitud el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF): subir los impuestos a las mismas personas y empresas que ya vienen aportando. Esto no tiene mucho sentido.
No es un secreto que, si una economía crece, mejoran los ingresos de las personas y las utilidades de las empresas. Ergo: sube la recaudación sin necesidad de aumentar tasas. No hay que olvidar que la peor receta para reactivar una economía es aplicar más impuestos en medio de una crisis recesiva como la que atraviesa el Perú por la pandemia.
Mis tribus, y ¿qué se necesita para retomar el crecimiento económico? Inversión privada, que es la que genera empleo y paga impuestos. El problema para este gobierno es que el BCR ha proyectado que para el 2022 la inversión privada no crecerá (0%) o, en el peor de los casos, caerá. No hay forma de recaudar más en un contexto así.
Y si el gobierno no mejora su credibilidad, deja de lado las contradicciones y empieza a ofrecer señalas claras al mercado, no podrá revertir esa situación. ¿El contribuyente por qué debería pagar más impuestos si el Estado no es confiable o si ese dinero no se usa bien? Otro dato: en el 2020, más S/ 22 mil millones de recursos para inversión pública se perdieron por corrupción. Si el gobierno combatiera de verdad este flagelo, ahí están los S/ 12 mil millones más que Francke quiere recaudar subiendo impuestos.
Además, lo que propone el MEF tampoco aborda el problema de la informalidad. Con el 75% de la economía fuera del sistema, cualquier paquete tributario será solo un acto injusto y poco eficiente. En el Perú, se calcula que siete de cada diez trabajadores y una de cada dos empresas no pagan impuestos. El problema es que la formalidad no es atractiva.
La rigidez de nuestro sistema tributario, que tiene el mismo diseño desde hace 30 años, afecta sobre todo a las micro y pequeñas empresas (mypes), que son las que dan trabajo a unos 8 millones de peruanos, en su mayoría, la mypes poco productivas precisamente a causa del Estado. Para ello urge implementar un sistema con tasas progresivas que permitan un crecimiento gradual con carga tributaria mínima, que se incremente conforme las mypes crecen y se desarrollan.
Una propuesta seria de reforma que impacte de manera positiva en la economía y el crecimiento de las empresas, debe incluir la eliminación del Régimen Único Simplificado (RUS) y el Régimen Especial de Renta (RER), porque generan la atomización de empresas y estancamiento económico de estas. Luego, crear un régimen de incorporación fiscal, como mecanismo de formalización progresiva que atraiga y mantenga a las mypes dentro del sistema e incentive a los informales a ingresar a la base tributaria.
Además, se necesitan incentivos adicionales para formalizarse. Por ejemplo, destinar un porcentaje del IGV (18%), que pagamos todos cuando adquirimos un producto o servicio, a financiar a la protección social. Puede ser 2% para las pensiones y otro 2% para el seguro de salud. Es decir, me devuelven un 4% de ese 18%.
Otra forma es compensar los pagos por aportes a la seguridad social de trabajadores en planilla, lo cual tendrá incidencia directa en la formalización laboral. También se puede compensar un porcentaje de los montos pagados por los consumidores o usuarios finales a través de medios electrónicos, que fomentará una masiva bancarización de los gastos, lo que ayudaría a formalizar la economía.
Como se ve, mis tribus, ideas y propuestas para hacer una reforma tributaria como se debe hay, el problema es que, por negligencia o incapacidad, el gobierno pretenda subir impuestos sin ampliar la base tributaria ni fomentar el crecimiento económico. En Perú, el 80% de los ingresos tributarios se sustentan en menos del 1% de contribuyentes y la mitad de esos ingresos son del IGV e ISC.