Me cuido, Principal

Carta al presidente

Publicado: 31/08/2020
6 minutos

Lima 21 de Agosto, 2020

Sr. Martín Vizcarra Cornejo Presidente de la República

Le escribe Indyra Oropeza, una ciudadana de entre casi 33 millones de peruanos en el país, un punto pequeñito en un mar gigante de personas, no sé si suelen escribirle cartas de este tipo, la verdad es que tampoco sé si la leerá, pero confiaré en que el universo llevará esta carta a sus manos.

Voy a contarle un poco de mi historia para que pueda entender el porqué de esta carta. En septiembre del año 2013 fui diagnosticada con Leucemia Mieloide Crónica, un tipo de cáncer bastante raro que hizo que un par de mis cromosomas se quebraran para crear uno que me hizo y me sigue haciendo la vida cuadritos (pero dejemos las explicaciones científicas para otro día).

Tenía 20 años el día que me dieron la noticia. Lo cierto es que uno siempre escucha del cáncer porque le dio a un tío, a un amigo, al amigo de un amigo, usted me entiende. A veces el mundo se puede caer, pero uno nunca piensa que será sobre su cabeza, hasta que sucede y solo queda apechugar. Han pasado siete años desde ese día, he pasado por más de tres tratamientos biológicos y moleculares, idas y venidas por emergencias, morfina, quetiapina, 38 quimioterapias en 7 días, un trasplante de médula, falla orgánica múltiple debido al rechazo del trasplante, haloperidol para no sentir dolor, un bicho en mi sistema nervioso central, hoy por hoy una enfermedad autoinmune causada por el mismo trasplante que me salvó la vida (¿Qué paradójico no?), y si a eso le suma los problemas cotidianos, de dinero, amor, chamba y una pandemia, ya imaginará lo que ha sido mi vida, y lo que es la vida de todos los pacientes con cáncer en este país. Pues de ellos les quiero hablar.

No se si usted sabe, lo más probable es que sí porque es el guardián de nuestro país, pero se diagnostican más de 66mil casos nuevos de cáncer al año y se estima que más de 33mil de nosotros pierde la vida a causa de esta enfermedad. Es difícil mirar los números, Martín, pero es más crudo ponerle rostro a cada una de esas estadísticas. No te imaginas lo difícil que han sido estos años diciéndole “Tupananchiskama, hasta que nos volvamos a encontrar” a todos esos compañeros que se me han adelantado. No te imaginas lo difícil que ha sido ver a sus padres, madres, hijos y amigos, llorar de rabia y frustración al ver como la vida de ese ser amado se les escapaba de entre las manos como arena.

¿Y sabes que es lo más duro, Martín? Lo más duro es que casi todas las veces no es el cáncer el que les arrebata la vida sino el sistema de salud, que les falla una y otra y otra vez, volviéndose nuestro verdugo.

Estamos en medio de una pandemia y estoy segura de que has visto la desesperación dibujada en los rostros de las personas, yo he visto el cansancio y la preocupación reflejados en la tuya. Todos creen que el sistema de salud ha colapsado debido al Covid, pero déjame contarte un secreto: El sistema ha estado colapsado desde siempre.

Lo que todo el Perú vive en este momento, ese miedo, esa incertidumbre de no saber qué va a pasar mañana, de no saber si tu cuerpo va a soportar, de si te van a dar una cama o acceso a una medicina en el momento necesario que podría significar la diferencia entre la vida o la muerte, es algo que los pacientes y nuestras familias vivimos

Todos los días desde que somos diagnosticado. Una angustia perpetua, que también vive muchas veces el personal de salud ¿Te imaginas tener todo el conocimiento para salvar una vida pero que te nieguen las herramientas para hacerlo? ¿Qué no te den la infraestructura? ¿Te imaginas ver como se le apagan los ojos a una persona sabiendo que puedes salvarla, pero estar de manos atadas por un sistema muchas veces cruel?

Fui diagnosticada junto a quince personas, de las que pude conocer dentro del centro de salud donde me traté, y sólo yo quedo viva. Todos los días un compañero de lucha fallece porque el tratamiento no llegó, porque la cama no se desocupó, porque en provincia nadie pudo tratarlo y venir a Lima era imposible, porque el tratamiento que le dieron ya es obsoleto y no había dinero para ir a otro país así que lo desahuciaron, porque eres SIS y ese hospital solo atiende ESSALUD o simplemente no tienes seguro así que se niegan a atenderte, porque el proceso de referencias es absurdo, largo y lento, porque la máquina que necesitaba estaba en un hospital y él en otro, y la burocracia es tan terrible que cuando por fin pudieron darle acceso el ya había muerto. Y créeme esto no es solo de las entidades públicas, las aseguradoras privadas también tienen muchos trapitos sucios que lavar.

Esto tiene que cambiar, Martín, y te tuteo porque los dos somos humanos de carne y hueso, y quiero que hablemos de tú a tú.

Te escribo esta carta porque quiero hablar personalmente contigo, porque quiero que me mires a los ojos mientras te cuento las historias de pacientes que no te va a contar ningún ministro o funcionario o alguien con un cargo importante. Te quiero contar las de Caín que pasamos los que tenemos cáncer y nos tratamos en el Perú.

Me quiero juntar contigo, con mascarilla y a dos metros de distancia si es necesario, porque no sólo quiero hablarte de los problemas, quiero darte posibles soluciones. He visto el cáncer y la muerte tan de cerca que sé puedo sumar al menos un granito para que esto mejore.

Sé que estamos en medio de una pandemia y solo nos faltan los OVNIS como guinda del pastel, pero si hay algo que sé por experiencia es que de las peores crisis uno puede llegar a sacar las más grandes lecciones.

Espero acepte mi propuesta, Sr. Presidente y me despido con una frase que siempre me decía mi abuelita:

“Si sale mal, podemos arreglarlo. Si se rompe, lo arreglaremos. Si nos equivocamos, lo arreglaremos. Y, si todo se termina o se viene abajo, tampoco te preocupes, comenzamos de nuevo. Mientras haya vida y ganas, todo es posible”.

Estoy segura de que podemos, todos juntos (sociedad civil, sector público y privado), mejorar el sistema de salud.

Un abrazo grande, Sr. Presidente

DNI: 70048974

(Una peruana de entre casi 33 millones)

Fundadora y presidenta de la Asociación Civil Con L de Leucemia, speaker, escritora, mamá, creadora del primer blog latinoamericano sobre cáncer desde la perspectiva del paciente. Un metro y medio de pura fuerza y determinación. Amo a mi perro Patrón.
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