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Béjar dimite, pero gobierno no deslinda aún con su postura sobre el terrorismo

Publicado: 17/08/2021
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Las declaraciones del ahora excanciller contra la Marina, a la que acusó de iniciar el terrorismo en Perú, son inaceptables y lo descalificaban para el cargo, pero peor es que hayan sectores de izquierda que las pretendan justificar, al confundir hechos y circunstancias que no tienen que ver con la época más sangrienta de nuestra historia.

Héctor Béjar renunció al cargo de canciller, tras volver a generar indignación y rechazo en diversos sectores políticos, militares y sociales por sus polémicas expresiones sobre la Marina, a la que acusó, antes de asumir el cargo que ostentaba, de haber iniciado el terrorismo en el Perú, lo cual no solo es falso, sino que además implica una visión muy sesgada e ideologizada de uno de los capítulos más violentos y traumáticos de nuestra historia reciente.

“El terrorismo en el Perú lo inició la Marina y eso se puede demostrar históricamente, y han sido entrenados para eso por la CIA”, dijo Béjar el 24 de noviembre del 2020, en una conferencia virtual con el izquierdista Grupo Emancipador Perú.

En un escueto comunicado, el Despacho Presidencial anunciaba que la dimisión de Béjar había sido aceptada.

El exministro, un exguerrillero de 85 años, fue convocado el lunes Palacio para abordar sobre la crisis política que provocaron esas declaraciones que difundió el domingo Panorama y que la Cancillería trató de justificar en un vergonzoso comunicado, en el que decía que Béjar ha sido tergiversado para buscar su censura.  

Más preocupante aún es que el presidente Pedro Castillo le haya dado ‘likes’ a un par de tuits contra la Marina. ¿Está de acuerdo acaso el mandatario con la postura de Béjar? El premier Guido Bellido en la víspera dijo que lamentaba esas declaraciones y este martes anunció «cambios para la marcha del país» poco antes de que se confirmara la salida de Béjar de Torre Tagle. Pero lo cierto es que el gobierno no ha hecho aún un deslinde claro. Es cierto también que en el gabinete y en el oficialismo hay varios personajes cuestionados por sus nexos con el terrorismo.

En el caso de Béjar, sus posturas, que van desde haber justificado y defendido a las dictaduras que han destrozado Cuba y Venezuela, hasta su delirante afirmación de que “Sendero (Luminoso) ha sido en gran parte obra de la CIA y de los servicios de inteligencia”, hacían que su continuidad en el gabinete sea insostenible.

La mayoría de bancadas alistaban ya su censura en el Congreso. Su sola designación había generado críticas y en poco más de 15 días, Béjar se convirtió en el integrante más cuestionable de un gabinete bastante cuestionado, después del mismo premier Guido Bellido, investigado por terrorismo y lavado de activos.

Distorsionando una verdad histórica

Lo de Béjar, que no es una conducta aislada, pretende además distorsionar una verdad histórica y es una afrenta no solo a las fuerzas armadas que lucharon y luchan contra el terrorismo, sino también para las miles de víctimas y deudos que dejó la época más sangrienta de nuestro país.

La violencia terrorista en el Perú la inició Sendero Luminoso en los 80, como lo señala con claridad la Comisión de la Verdad en su informe final. En sus proclamas, los senderistas llamaban al genocidio, en el marco de una doctrina totalitaria y racista.

De ello no hay dudas y no caben interpretaciones, pero ciertos sectores de izquierda en redes sociales tratan de confundir hechos y situaciones históricas que nada tienen que ver una con otra, para tratar de justificar los dichos de Béjar.

Mencionan el llamado Plan Cóndor, que fue una operación ilegal conjunta de regímenes militares de la región en la década del 70 y 80 para perseguir y ultimar opositores a nivel trasnacional. Perú participó en dos casos, en 1977 y 1980. Por ello, el expresidente de facto Francisco Morales Bermúdez fue juzgado y condenado.

También aluden al accionar de grupos paramilitares como el comando Rodrigo Franco en los 80 o el Grupo Colina en los 90, pero pretender equiparar los crímenes que cometieron estos agentes irregulares del Estado que actuaron al amparo de los gobiernos de turno con el rol que cumplieron las fuerzas armadas en la guerra contra el terrorismo es un total despropósito.