Este 2020, además de en lo político, ha sido un desastre también en lo económico. La actividad estuvo paralizada por las cuarentenas excesivas y radicales a partir de marzo, lo que llevó a una caída de 40% en su punto más crítico. Menos inversión pública y privada, más pobreza y más deuda es lo que ha marcado el año.
Si bien en estos 12 meses la economía peruana caerá 11.5% y no 12.7% como se tenía previsto hace tres meses, es un número igualmente alto. El Perú regresa a niveles de actividad del 2015. Esta caída es similar a la de Argentina (11.3%) y la India (13.3%), que tomaron medidas de confinamiento parecidas. Con esto retrocederemos más del doble que la economía mundial (-4.9%) y por encima de Latinoamérica (-7.7%).
En 2021 no recuperaremos el nivel del 2019. Se espera que «crezcamos» 11.5% el próximo año, pero esto sólo alcanza para regresar a los niveles del 2018. Es recién en 2022 que se espera un real crecimiento, el cual sería sólo 2.6% mayor respecto al 2019. Como vemos, las cosas todavía están lejos de recuperarse.

La inversión privada ha sido la más castigada este año y se espera que caiga 20%. Esto significa retroceder una década, a niveles del 2010. En el caso de la inversión pública caería 18%, lo que equivale a niveles del 2011. Sin embargo, notemos que esta caída de la inversión viene ya desde el 2013, producto de una desaceleración que nos venía afectando.

El consumo privado también ha sido castigado, principalmente por la pérdida de empleos e ingresos. Caería 10%, lo que llevará a regresar a niveles del 2016. En contraste, el consumo público sube 5% y alcanza un máximo histórico, fruto de aumento de puestos públicos, entrega de bonos y otras medidas.
Por esto se ha incrementado el déficit fiscal y la deuda pública, la cual es muy poco probable que baje en los próximos años. Este año el déficit alcanzará el 8.6% y alcanzaría 4.4% el 2021, recordando que en tiempos normales no debería superar el 2%. La deuda pública sube de 27% a 35% del PBI, lo que nos restringirá a gastar más al menos hasta el 2024.
En cuanto a sectores, los más golpeados por las cuarentenas este año han sido transporte y almacenamiento (-27%), y restaurantes y alojamiento (-50%). También tuvieron caídas importantes el comercio y la construcción (64% y 90%, respectivamente), aunque empiezan a regresar a niveles normales. Los sectores que crecieron pese a la crisis son la banca y servicios financieros, telecomunicaciones y servicios gubernamentales que avanzaron 11%, 10% y 4.1%, respectivamente.
En resumen, el gran afectado de este 2020 ha sido es el sector privado informal. Se espera un año 2021 enfocado en la recuperación de la inversión privada y pública, y en el reacomodo de los trabajadores a las nuevas reglas de producción para crear empleo. También se espera que exista un ajuste fiscal que deje de ahogar al sector privado, o nuestro país tendrá aún menos impulso de crecimiento y la pobreza seguirá creciendo.