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Ausentismo, el otro candidato en estas elecciones

Publicado: 26/02/2021
4 minutos

A las 16 planchas presidenciales que tenemos, hay que agregar una opción más para elegir: que la gente no vaya a votar, lo cual solo beneficiaría a las posiciones más extremas.

La democracia es el gobierno de la gente; donde el poder real se encuentra en cada uno de sus ciudadanos. Para organizarnos y para que las decisiones sean más rápidas, elegimos a un grupo de personas, de forma temporal, para que con capacidad, sabiduría e inteligencia puedan mejorar el bienestar y condiciones de vida de la población. Lo sé, lo sé. Lo último, normalmente no pasa.

Dada la coyuntura que vivimos por el miserable bicho, estas elecciones serán únicas. Desde la forma de cómo se viene desarrollando la campaña (nada de mítines, nada de abrazos con la gente, nada de carabanas, explicación de propuestas vía plataformas virtuales), hasta la forma en la que votaremos (amplitud en el horario para votar, de 7am a 7pm; antes se cerraba a las 4pm, horario diferenciado para votar, no obligatorio, según último dígito del DNI, etc.), y ello puede afectar severamente la decisión de los ciudadanos de ir o no a votar; es decir, a las 16 opciones presidenciales y congresales, decidir por la opción a no ejercer el derecho al voto o ausentarse, aun cuando existen multas por no votar.

Se entiende, la tragedia que viven muchas familias por haber perdido seres queridos, en lo último que piensan es a quién entregarle poder cuando la clase política está totalmente desacreditada. Hemos sido tantas veces engañados, manipulados, asaltados, que todo ese se traduce en decepción y rabia; que al político que tenemos en frente ya creemos que nos va a marcar. ¿Cómo evitamos esas sensaciones? No creándonos falsas expectativas y participando. Si no hacemos esto último, puede traer dos serias consecuencias.

La primera, un tema de representatividad. ¿Qué es? Si la participación al votar es baja, las autoridades serán elegidas por poca cantidad de personas y ello puede afectar su legitimidad y la gobernabilidad. Vamos, no es sano que, de 100, 30 voten por tu posición, 20 por otros candidatos y 50 no fueron a votar (o votaron en blanco/viciado). La segunda, y es la que más nos debe preocupar, es que las personas que irán de todas, pero, de todas maneras, son las posiciones más extremas. Sea de derecha o de izquierda; son las posiciones más intolerantes e intransigentes… los extremos se tocan, ¿no dicen?

En las elecciones generales del 2016, más de 4.1 millones de personas no fueron a votar. Según la Oficina de Procesos Electorales (ONPE), equivalió a un 18.2% del universo de ciudadanos que podían hacerlo. Pero, esa cifra aumentó 8 puntos porcentuales en las últimas elecciones, las de enero 2020, donde elegimos el actual congreso; más de 6.4 millones no fueron a votar; un 26% de los que podían votar. Porcentajes muy por encima del promedio histórico de 17.2% desde el año 2000. ¿Y cómo estamos hoy? Veamos el gráfico N°1:

Antes de describir el gráfico, hay que explicar que juntamos el voto viciado o blanco porque si se está pensando en esas opciones, entonces, ¿para qué salir de casa? Aunque exista una multa (que va desde los S/22 a S/88), por seguridad las personas pueden elegir quedarse en sus casas. Por tanto, nos da un aproximado del universo de personas que podrían decidir no ir a votar.

Entonces, sin considerar a CPI, estamos hablando que un 30% de la población puede llegar a considerar no ir a votar; 4 puntos porcentuales más de los que no votaron en enero 2020. En el caso de CPI, los blancos/viciados sumaban 18.8%. Pero también contenía la información de un 30.1% que aún no decide por quién votar. En el extremo, este grupo, si no llega a elegir ninguno de los 16 candidatos, podría finalmente decidir quedarse en sus casas y no votar.

Por lo anterior, tenemos que votar el 11 de abril. Por un bicho no podemos dejar de ejercer nuestro derecho de elegir (aun cuando se están tomando todas las medidas de seguridad posibles) a los que nos gobernarán. Además, tenemos que evitar que posiciones que no podrían conciliar ni tender puentes con otras visiones tengan mayoría, sin gobernabilidad (como lo últimos 5 años), no aguantaríamos.

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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