En una conferencia de prensa, el premier Aníbal Torres se pintó de cuerpo entero, y volvió a hacer honor a su célebre apelativo de ‘Caníbal’, ese personaje desdibujado, autoritario, intolerante y prepotente que puso en jaque la institucionalidad en el Minjus durante su paso por ese sector.
¿Qué pasó? Luego de acusar a los congresistas de oposición de querer asestar un “golpe de Estado” al buscar la vacancia del presidente Pedro Castillo, limitó las preguntas de la prensa y se negó a responder sobre denuncias y cuestionamientos a los ministros, como el titular de Salud, Hernán Condori, por quien se la ha jugado no solo él, sino también el mandatario, lamentablemente. Ambos, que en público le hacen ascos a Vladimir Cerrón, hoy se alían en privado con él para tratar de asegurar la supervivencia del régimen.
El premier Torres exigió a los periodistas que formulen preguntas solo sobre lo que él quería contestar: el supuesto intento de vacancia de Castillo en el Congreso, con lo que, de paso, confirma el poco respeto que tiene por la democracia que dice defender y la libertad de expresión.
Pero lo cierto es que, además del arrebato autoritario, la narrativa del “golpe” a la que el gobierno recurre parece más una estrategia política, porque la oposición no cuenta con los 87 votos para la vacancia, y confirma que el premier insistirá en ir al choque con el Congreso, prolongando el caos gubernamental sin precedentes en el Perú que ha provocado que la situción política, económica y la inseguridad ciudadana se hayan deteriorado los últimos meses.
¡Cuánta transparencia!
Todo empezó cuando un reportera de Latina consultó por el asesor en la sombra del MTC que ofrece hasta puestos de trabajo, pero el premier Torres evitó que el intocable ministro Juan Silva, presente en la conferencia, responda.
“Las preguntas en esta ocasión se tienen que concretar al punto de la vacancia, sobre los otros temas vamos a hablar en cualquier otro momento. (…) Las preguntas son solamente sobre el tema que hemos tratado ahora: la vacancia presidencial”, expresó.
“Solo voy a responder los dos primeros puntos de su pregunta porque esta conferencia de prensa tiene esas limitaciones, sobre lo otro [cuestionamientos a Silva] en cualquier momento vamos a aclarar todas sus preguntas”, agregó Aníbal Torres.
De lo que no quería hablar el jefe de gabinete fue sobre lo que reveló el programa Punto Final en torno a Juan Altamirano Sánchez, quien fue contratado para ordenar documentos en el MTC, pero se presentó como “mano derecha” del ministro Silva en una reunión por Zoom, el pasado 1 de diciembre, con miembros del Colectivo Wari, que es cercano al partido de Gobierno.
Aquella vez, Altamirado dijo que era “la persona que está evaluando todo lo que es personal de Provías Nacional y Provías Descentralizado”, que está bajo sospechas de corrupción por el caso Puente Tarata III, vinculado a la lobista Karelim López. Así lo confirmó Julio Lazo, quien sí es asesor oficial del despacho ministerial.
Ya la Procuraduría Anticorrupción ha solicitado al ministro Silva entregar información, con carácter de urgente, sobre las actividades de Altamirano en su despacho.
Voto de confianza
Luego de acusar de “golpista” a la oposición parlamentaria, así como si nada, el premier Torres anunció que convocará a las fuerzas políticas para una ronda diálogo de cara al voto de confianza y precisó que este mismo lunes presentó un oficio a la Mesa Directiva del Congreso para definir la fecha de su presentación en el hemiciclo.
“Llamamos a todas las fuerzas políticas a trabajar de manera conjunta en la agenda del país. Para ello, visitaré a cada una de las bancadas en las próximas horas para dialogar y recoger sus inquietudes e incorporarlos en la política general de Gobierno”, dijo Torres en su pronunciamiento junto a sus ministros.
“Aníbal Torres (…) da conferencia prensa amenazando a congresistas que participamos en un seminario político, acusándonos de golpistas. Todo un trailer de lo que sería un gobierno de PL sin control político: una dictadura pura y dura. Estamos advertidos”, escribió en un tuit el congresista Carlos Anderson (Podemos Perú).