Hola, qué tal, ¿cómo estás?,
Estas últimas semanas han sido las más duras, más duras que las semanas del confinamiento.
Porque se veía la principal preocupación e interés de la búsqueda de justicia. Se percibía un clima cargado de indignación, hartos de tanta corrupción y la búsqueda del servicio propio, de la búsqueda del poder de nuestros supuestos representantes y padres de la Patria.
Y entonces se observó un mar de personas que caminaba por las calles, demostrando su sentir, por lo que le hacen al país. Caminaron con valentía. Pero desgarrador fue que un peruano atacara a su hermano: tú error fue un certero disparo directo al corazón, un corazón herido que protestó con razón.
Por eso, hoy más que nunca, es nuestro deber como jóvenes de una nueva generación que no apaguemos nuestras voces. Involucrémonos en una política con conciencia, educando a los nuestros sobre el valor de la historia, el amor a la patria, sin violencia, pero con inteligencia por un Perú que queramos y por eso lo defendamos.
Porque solo con una buena capacidad de decisión, tantos en las urnas como en todas las etapas de la vida política, podremos preparar un futuro mejor.
Es momento de ser actores y no solo espectadores.